sábado, 21 de abril de 2018

El Jardín de las Delicias (El sueño de Otro)


Sonaba el despertador temprano por la mañana, no escuchó el primer ronquido que emitió el teléfono, sin embargo J dejaba programadas de manera consecutivas alrededor de 6 con un lapso de un minuto entre sí, así tenía un interludio de 6 entrecortados minutos más para dormir. Lo primero que hizo al despertar de manera completa fue ver la nada, la habitación estaba por completo a oscuras, levantó el tronco noventa grados, y tomó el teléfono, 05:30 hrs, miró.

Procedió a apagar la alarma y a levantarse un poco desorientado debido a la dejadez que siempre otorga el profundo sueño cuando uno quiere despertar.

Se encaminó hacia el espejo, porque es necesario siempre mirarse para saber que uno sigue ahí, pensaba J.

Tomó el cepillo de dientes, depositó dentífrico sobre el mismo, para posteriormente pasarlo como siempre hacía al menos unas 4 veces al día sobre sus dientes.

La madrugada parecía más calma, ni siquiera los grillos lanzaban su tenue alarido.

Cansado J depositó su trasero sobre el retrete, le quedaban aún otros 20 minutos, para finalmente salir del hogar, y emprender el camino cotidiano. Tomó de manera aleatoria una revista, del cumulo de viejas revistas que yacían sobre la repisa del W.C.

La primera de ellas fue dejada sobre la repisa de inmediato, su contenido era mediático, versaba sobre la farándula actual, repentinamente tuvo un ligero asco ligero de no ser por las impresiones cuyo contenido eran parciales desnudos de las actrices de moda.

Tomó de nueva cuenta otra, el contenido de dicha revista parecía más interesante; estaba redactada en un idioma por completo incomprensible para J...

Miró en dicha publicación primero una impresión a doble página, en dicha impresión yacía una pintura que con facilidad pudo identificar;

"El Jardín de las delicias" de Hieronymus Bosch

Después de estar observando por más de 2 minutos meramente el panel derecho de dicha obra, J pensó por unos momentos en recortar la doble impresión y enmarcarla. Miró el reloj, quedaba menos tiempo para salir de casa. Dio vuelta a la página de la revista y de ella se descolgó una página en blanco con la siguiente inscripción en el único idioma que pudo reconocer; “This is your life, and your life is the dream of another one…”

Aunque le pareció raro, no le dio importancia, introdujo de nueva cuenta la hoja en la revista, se desvistió de manera apresurada y se introdujo en la regadera.

Mientras el agua descendía lentamente por su cuerpo, J no pudo dejar de pensar en la sección derecha del Jardín de las Delicias del Bosco, a la par que como canción le venía a la mente aquella frase leída momentos antes en una hoja en blanco; “This is your life, and your life is the dream of another one…”

Salió de la regadera, y procedió a vestirse, no tomó esta vez de la alacena ninguna fruta, porque se hacía tarde, introdujo la llave en su puerta para abrirla…

Una vez abierta lo vislumbró todo;

Personas decapitándose, disfrutando con ello, ríos de sangre corriendo por las calles, vio la enfermedad, la hacinación, la peste la agonía, la vuelta de la guillotina a nuestros tiempos, y la inquisición, vio el panel derecho de la pintura del bosco en el umbral de su puerta, miró lapidaciones, desollaciones atroces de las cuales era víctima y a la vez verdugo, miró el retorno del capitalismo también conocido como “neoesclavismo”…

Entonces K despertó en un mar de sudor.

Finalmente fue consciente de que alguien más lo estaba soñando.


(Panel derecho de "El Jardín de las Delicias")

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