Desde
el primer momento en que la miré, me pareció tan enigmática, en el momento que
la ví tuve una sensación como haber estado extraviado toda la vida, y tener que
tomar una decisión súbita, como en aquellas caricaturas que de chicos veíamos;
un personaje se encuentra fatigado caminando extenuado por una infinita
alameda, hasta que finalmente encuentra algo distinto un bifurcación, un camino
que lo llevará al mal, u otro que lo redimirá, yo tomé el camino que encausa al
mal, fue así como desapareció Liliana…
La
jornada laboral era larga y tediosa, el camino para llegar a la organización
también, la plantilla estaba equilibrada, hasta que directivos decidieron hacer
crecer solo un poco el departamento;
“Necesitamos
una persona más F”. Se dirigieron a mí un Miércoles cuando estaba a punto de
finalmente retirarme a mi hogar.
-.Claro, increpé
*-¿Claro?
Replicó
el muy cabrón de mi jefe con tono sarcástico, repuso; “La necesitamos para
mañana”…
Por
todos los medios me puse a buscar alguna persona que a aquella hora decidiera
acudir a entrevista y a pasar por todo un proceso de selección, y más cuando el
requisito más inamovible era el hecho de ser mujer.
Momentos
antes de la hora de salida, Horacio mi jefe, se acercó a la puerta de mi
maltrecha oficina, encendió un delicado, le dio un largo jalón, golpeó mi
umbral con su mano gorda, escuché entre su mano obesa y grasosa como apenas
sonoramente se hacían notar contra la madera los anillos que llevaba.
Me
recordó; “se puede negociar todo, Todo, el sueldo, incluso el sueldo, pero ahí de ti
nene, que si me traes un hombre, se lo cortas”, me dijo el muy cabrón riéndose
a la par que fumaba su pitillo…
Para
entonces creí que mi empleo corría riesgo, después de una lista que armé de por
la zona, de alrededor de 100 chicas que cubrían al 50 por ciento con el
requerimiento de Horacio, después de una serie de reproche por parte de las
féminas, molestas porque llamaba a aquella hora, o porque de plano lo que
buscaban en verdad era otro tipo de trabajo, por fin di con la indicada.
En
su información y en su I.D no había fotografía, aun así me aventuré a marcar a
su número, su voz era adecuada para atender una línea telefónica, era dulce y
reconfortante, la zona de empleo le quedaba a escasos 20 minutos, podía llegar
caminando.
Eran
ya las 21:30 hrs cuando sonó el timbre, para entonces yo ya andaba por la
vigésima taza de café del día, miraba un maratón creo de la primera de The
Simpsons…
Dirigí
mi mirada hacia la puerta; detrás del tragaluz, observé una colorida silueta;
colores rosas, combinados con motivos fosforescentes. Me dirigí hacia el pomo y
lo giré…
“Pase”, argüí, sin dirigirle mucho la mirada,
“buenas
noches” dijo
“Buenas
noches” articulé, mientras dirigía mi mirada de nueva cuenta al viejo RCA, me
hipnotizó la parte del capítulo cuando Lisa Simpson y el difunto Encías
Sangrantes Murphy tocan un solo de Sax...
Cuando
iniciaron los créditos, me percaté había pasado alrededor de 1 minuto, lo cual
es bastante si uno ha dejado desatendido a un huésped que es prácticamente un
forastero.
-.Disculpe,
dije sonsamente…
***-No
se preocupe, a mí también me agradan, en especial ese capítulo, repuso.
-.Tome
asiento, increpé…
Al
momento en que se colocaba para ser ejecutada, es decir, para que yo la
entrevistase ahora sí puse atención en muchos aspectos de ella que me hicieron
sentir como en un camino bifurcado; Llevaba con ella un libro de la biografía
de Charles Manson, su vestimenta parecía la de un hippie, y sobre todo su edad,
tenía ya alrededor de 40 años, y ciertos manierismos en su persona decían, contradecían lo cronológico.
Pretendí
deshacerme de ella en aquél instante, así que jugué mis cartas, saqué un test
breve de 16 minutos con una seriación numérica Fibonacci, que ni Isaac newton,
ni el propio Fibonacci hubiese podido descifrar, pero ella lo logró obtuvo un CI
superior.
No
me quedó opción más que proceder con el proceso, ante mi urgencia al siguiente
día se presentaba a trabajar con nosotros L.
Su
desempeño era alto, óptimo, apenas hablaba con alguien, yo le dirigía un “buenos
días” y me lo regresaba de súbito con amabilidad, pero sin siquiera mirarme a
los ojos, así de esa forma también andaba.
Un
día súbitamente L. desapareció, lo último que se había sabido de ella es que
salía por la carretera a su casa un Viernes, el Sábado no se presentó a
trabajar, nadie en la oficina se alarmó, porque era común que las personas
faltaran los sábados, incluso los lunes, por cuestiones de fiestas, resacas…
El
día Martes de la Próxima semana L. ya no regresó…
Una
pestilencia atroz comenzó a invadir de súbito la atmósfera de la oficina, el lunes las personas creían que debían ser
alimentos dejados en el refrigerador, de igual forma al lado de la organización
había un tiradero y campos fértiles, se creía debían ser fertilizantes
naturales (cagada de ganado), pero no fue así.
Del
casillero de L el día Miércoles, comenzó a escurrir un líquido espeso y de un
color negro rojizo, las moscas comenzaban a aglutinarse en dicho cubículo.
Personal
de limpieza procedió a abrirlo;
Ahí
yacía la cabeza de Liliana con una mirada y expresión en general aterradora,
junto a la cabeza yacía la biografía de Charles, enredada en un rosario negro,
y un símbolo de paz de los 60´s.
Fin.
Quien mato a La¿
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