sábado, 21 de julio de 2018

Enigmática...


Desde el primer momento en que la miré, me pareció tan enigmática, en el momento que la ví tuve una sensación como haber estado extraviado toda la vida, y tener que tomar una decisión súbita, como en aquellas caricaturas que de chicos veíamos; un personaje se encuentra fatigado caminando extenuado por una infinita alameda, hasta que finalmente encuentra algo distinto un bifurcación, un camino que lo llevará al mal, u otro que lo redimirá, yo tomé el camino que encausa al mal, fue así como desapareció Liliana…

La jornada laboral era larga y tediosa, el camino para llegar a la organización también, la plantilla estaba equilibrada, hasta que directivos decidieron hacer crecer solo un poco el departamento;

“Necesitamos una persona más F”. Se dirigieron a mí un Miércoles cuando estaba a punto de finalmente retirarme a mi hogar.

-.Claro, increpé
*-¿Claro?

Replicó el muy cabrón de mi jefe con tono sarcástico, repuso; “La necesitamos para mañana”…

Por todos los medios me puse a buscar alguna persona que a aquella hora decidiera acudir a entrevista y a pasar por todo un proceso de selección, y más cuando el requisito más inamovible era el hecho de ser mujer.

Momentos antes de la hora de salida, Horacio mi jefe, se acercó a la puerta de mi maltrecha oficina, encendió un delicado, le dio un largo jalón, golpeó mi umbral con su mano gorda, escuché entre su mano obesa y grasosa como apenas sonoramente se hacían notar contra la madera los anillos que llevaba.

Me recordó; “se puede negociar todo, Todo,  el sueldo, incluso el sueldo, pero ahí de ti nene, que si me traes un hombre, se lo cortas”, me dijo el muy cabrón riéndose a la par que fumaba su pitillo…

Para entonces creí que mi empleo corría riesgo, después de una lista que armé de por la zona, de alrededor de 100 chicas que cubrían al 50 por ciento con el requerimiento de Horacio, después de una serie de reproche por parte de las féminas, molestas porque llamaba a aquella hora, o porque de plano lo que buscaban en verdad era otro tipo de trabajo, por fin di con la indicada.

En su información y en su I.D no había fotografía, aun así me aventuré a marcar a su número, su voz era adecuada para atender una línea telefónica, era dulce y reconfortante, la zona de empleo le quedaba a escasos 20 minutos, podía llegar caminando.

Eran ya las 21:30 hrs cuando sonó el timbre, para entonces yo ya andaba por la vigésima taza de café del día, miraba un maratón creo de la primera de The Simpsons…

Dirigí mi mirada hacia la puerta; detrás del tragaluz, observé una colorida silueta; colores rosas, combinados con motivos fosforescentes. Me dirigí hacia el pomo y lo giré…

“Pase”,  argüí, sin dirigirle mucho la mirada,

“buenas noches” dijo

“Buenas noches” articulé, mientras dirigía mi mirada de nueva cuenta al viejo RCA, me hipnotizó la parte del capítulo cuando Lisa Simpson y el difunto Encías Sangrantes Murphy tocan un solo de Sax...

Cuando iniciaron los créditos, me percaté había pasado alrededor de 1 minuto, lo cual es bastante si uno ha dejado desatendido a un huésped que es prácticamente un forastero.

-.Disculpe, dije sonsamente…

***-No se preocupe, a mí también me agradan, en especial ese capítulo, repuso.

-.Tome asiento, increpé…

Al momento en que se colocaba para ser ejecutada, es decir, para que yo la entrevistase ahora sí puse atención en muchos aspectos de ella que me hicieron sentir como en un camino bifurcado; Llevaba con ella un libro de la biografía de Charles Manson, su vestimenta parecía la de un hippie, y sobre todo su edad, tenía ya alrededor de 40 años, y ciertos manierismos en su persona decían,  contradecían lo cronológico.

Pretendí deshacerme de ella en aquél instante, así que jugué mis cartas, saqué un test breve de 16 minutos con una seriación numérica Fibonacci, que ni Isaac newton, ni el propio Fibonacci hubiese podido descifrar, pero ella lo logró obtuvo un CI superior.

No me quedó opción más que proceder con el proceso, ante mi urgencia al siguiente día se presentaba a trabajar con nosotros L.

Su desempeño era alto, óptimo, apenas hablaba con alguien, yo le dirigía un “buenos días” y me lo regresaba de súbito con amabilidad, pero sin siquiera mirarme a los ojos, así de esa forma también andaba.

Un día súbitamente L. desapareció, lo último que se había sabido de ella es que salía por la carretera a su casa un Viernes, el Sábado no se presentó a trabajar, nadie en la oficina se alarmó, porque era común que las personas faltaran los sábados, incluso los lunes, por cuestiones de fiestas, resacas…

El día Martes de la Próxima semana L. ya no regresó…

Una pestilencia atroz comenzó a invadir de súbito la atmósfera de la oficina,  el lunes las personas creían que debían ser alimentos dejados en el refrigerador, de igual forma al lado de la organización había un tiradero y campos fértiles, se creía debían ser fertilizantes naturales (cagada de ganado), pero no fue así.

Del casillero de L el día Miércoles, comenzó a escurrir un líquido espeso y de un color negro rojizo, las moscas comenzaban a aglutinarse en dicho cubículo.

Personal de limpieza procedió a abrirlo;

Ahí yacía la cabeza de Liliana con una mirada y expresión en general aterradora, junto a la cabeza yacía la biografía de Charles, enredada en un rosario negro, y un símbolo de paz de los 60´s.

Fin.



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