domingo, 12 de marzo de 2017

Untitled

Soy un viajero que ha emprendido un largo viaje que parece ser a la nada. Los días se precipitan uno tras otro y no se ve más que el árido horizonte que parece no acabar, el agua turbia debajo de cubierta solo sirve para enlentecer el arribo a la meta. O ¿será que no hay meta?

Cuando uno emprende el viaje con esperanzas es preciso siempre continuar, continuar… ya es demasiado tarde para retractarse; los días se tornaron meses, años, y el tiempo se ha perdido, miro hacia atrás y veo lo mismo que cuando me proyecto hacia adelante, es decir al futuro; Nada, lo cual imposibilita el ánimo y los motivos para regresar al puerto del cual partí.


Así pasan las horas, los días, en medio de ésta mortífera soledad, en medio de ésta angustia cuyo origen no logro identificar. Entonces no me queda más que esperar, sentarme a soñar si es que puedo y esperar, a que algo pase ¿qué?, con certeza no lo sé, pero esperar, quizás esperar llegar de nueva cuenta a tierra firme, a cualquier lugar, o encontrarme con el vértice-abismo que divide lo finito de lo infinito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario