sábado, 16 de junio de 2018

Isla


La nostalgia de momentos de antaño, por los cuáles transitamos y de ello solo queda nuestra lúgubre sombra, vestigio del paso del tiempo. El infierno de los lugares comunes, en que ya no es posible coincidir más con el ser querido.

¿Quién sigue? ¿Qué seguirá en ésta ruleta de naderías?, el tiempo ahoga, se agota y nos agota, nos exprime día tras día para posteriormente volver a iniciar. Mis pies como cimientos de viejas edificaciones pretenden ceder, huyo del tumulto, me refugio en mi pensamiento, y en mi pensamiento encuentro exactamente lo mismo; ¡horror de la temporalidad!

Soy actualmente para mí un desconocido, y no está decir que las cosas que pasan me resultan extrañas, no de una manera esquizofrénica, sino extraño aludiendo a lo ajeno, por no quererlo, extraño de una manera frustrante. Yo que creí que todo lo cambiaría, tiendo a repetir la historia, la historia perpetua…

Me aterra el futuro, por no tenerlo, por no quererlo. 

El instante no existe, a cada momento se cuela, sin embargo no puedo hacer otra cosa sino pensar en ello; El futuro…

Han pasado ya 50 años, y yo no hago sino seguir en ésta isla de tedio, mi brújula se ha perdido, 50 años, 4 párrafos, y con certeza aún no sé qué hacer…



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