Al
cholo de mierda que se quedó sin perro en un crucero
No
hay importancia de llamarse como nada ó nadie, un nombre es siempre más bien
animalesco, bien me pude llamar como el
cholo que atravesó la calle con su pitbull y planeaba hacer fortuna con ello, y
no hizo más que llorar porque se quedó sin perro, con este ahí como asfalto en
el pavimento, ó bien simplemente me pude llamar como el mismo perro. Siempre me
ha causado conflicto el hecho de tener varios nombres, no porque quiera que me
digan de una u otra forma si no porque elegí ninguno de ellos. Preferiría que
no me llamaran por nada, ser un perfecto desconocido, pues de tener elección me
gustaría llevar un nimbo en la cabeza y que me dijeran Jesús-cristo, ó ser el
papa, ó el presidente, ó alguna persona asquerosamente rica como Díos ó el
Diablo aunque haría absolutamente nada con ello, a excepción de ser como momia,
ó tener una tumba bonita. ´
O
llamarme como alguna persona normal eso sí que me agradaría, de las muchas que
creen que la democracia sólo se vive un día, y que recuerda la existencia de
los demás sólo en sus cumpleaños, ó cuando necesita dinero, y la existencia de
la t.v todos los días.
Por
eso creo que mejor no, simplemente de ninguna forma no, no me llamen…