lunes, 25 de marzo de 2013

La importancia de llamarse como yo...

Al cholo de mierda que se quedó sin perro en un crucero

No hay importancia de llamarse como nada ó nadie, un nombre es siempre más bien animalesco, bien me pude  llamar como el cholo que atravesó la calle con su pitbull y planeaba hacer fortuna con ello, y no hizo más que llorar porque se quedó sin perro, con este ahí como asfalto en el pavimento, ó bien simplemente me pude llamar como el mismo perro. Siempre me ha causado conflicto el hecho de tener varios nombres, no porque quiera que me digan de una u otra forma si no porque elegí ninguno de ellos. Preferiría que no me llamaran por nada, ser un perfecto desconocido, pues de tener elección me gustaría llevar un nimbo en la cabeza y que me dijeran Jesús-cristo, ó ser el papa, ó el presidente, ó alguna persona asquerosamente rica como Díos ó el Diablo aunque haría absolutamente nada con ello, a excepción de ser como momia, ó tener una tumba bonita. ´

O llamarme como alguna persona normal eso sí que me agradaría, de las muchas que creen que la democracia sólo se vive un día, y que recuerda la existencia de los demás sólo en sus cumpleaños, ó cuando necesita dinero, y la existencia de la t.v todos los días.

Por eso creo que mejor no, simplemente de ninguna forma no, no me llamen…

martes, 19 de marzo de 2013

...


De cualquier manera siempre se tiene la sensación de salir perdiendo,
Y al final del día lo único que tengo es la noche
 y mi eterna soledad,
Al lado de una mano que ya no toma nada
y se cierra porque le apena su miseria.

Si tan solo tuviera una oportunidad para corregir
Todo el pasado, y el pesado destino,
Aquellas cosas que no quise
y de las cuales fui esclavo…

…Mis nacimientos,
los días que vendrán,
y el temor de haber sufrido ya mi muerte
(ver mi cuerpo engusanado, vieja ceniza sobre mi cabello)
como limosna que brinda la vida,

y más horroroso aún
despertar de nuevo
en otras formas, en otros millones de cuerpos diferentes
en océanos impasibles que no dan tregüa
a la finitud que anhelo,
que he anhelado desde mi nacimiento
Perpetua tranquilidad…

Y la insatisfacción que no me deja descansar.

Precisamente hoy tengo la lucidez y la certeza
De que llegarán días en los cuales
las lágrimas vertidas sobre la tierra
por millones que piensan como yo,
por quienes amo, amé, y amaré,
no serán más que recuerdos secos,
vestigios de manantiales bifurcados
que perecieron empecinados
en la esperanza de algo mejor…