Quise apresar las horas del tiempo
Cuyos segundos transcurridos por amargos raudales
Dejaron solo angustia,
Compré una cámara muerta para capturar
Los buenos y malos momentos;
Fui estafado,
¡Estaba ciega!
Cada imagen reflejaba solo eso; oscuridad, nada…
Seguí tratando de capturar cada instante,
Hasta percatarme del hecho de que no estaba averiada,
Más bien, había que resignarse y aprender a mirar.