miércoles, 16 de julio de 2014

Tiempo

Run, rabbit run. Dig that hole, forget the sun. And when at last the work is done. Don't sit down. It's time to dig another one

Se cuela a cada instante
Por las lúgubres rendijas del
Ser,


¿Pletóricas eternidades debería cargar
Aquél mortal bajo la tormentosa
cumbre de la existencia?

Y al culminar (dicha cumbre)
Vergonzoso con la cabeza baja,
Como quién vuelve a casa día a día después
De una larga y tumultosa jornada

Se daría cuenta (quizás tarde) el pobre mortal
que
Las horas,
Los minutos,
Los segundos

Precisamente fueron eso;

Infinitos desiertos,
instantes perpetuos,
Retratos perdidos, olvidados
que el mismísimo tiempo mancilló,
Arena que se coló a cada momento 
de entre sus manos.

Ese es pues el castigo del tiempo perpetuo
Contra pobres desvalidos
Que osan salir airosos
Cuando el último paisaje es

La muerte.

martes, 8 de julio de 2014

Viaje


Siento la nostalgia en la partida y el regreso, aunque en mis maletas nunca la procuro la zozobra siempre va conmigo. Normalmente no me gusta viajar, nunca me ha gustado viajar si siempre he de volver. Las ciudades, los paisajes por donde transito siempre me parecen tan iguales que siento que algo (aunque no se qué) a dónde voy siempre me espera, lo mismo que me espera cuando cada fin de jornada regreso a casa, algo inevitable, el miserable destino con el cual uno debe aprender a vivir, después de todo el cielo siempre es el mismo.

Pasar las horas con la misma mediocre insatisfacción, para después pedirlas (las horas, los momentos) añorarlas, añorar el sol que antaño nos quemaba, por el cual sufríamos, añorar el sol de antier y saber que nunca de nuevo vendrá.

Lo único que llega al puerto, al ápice de la frontera de mi ser es el deseo perpetuo y la insatisfacción, saber que un instante no puede ser retenido como en una fotografía, y que quizás el tiempo es precisamente eso, una fotografía que al paso de los años deja de perder su novedad y los rostros como rastros de la existencia no pueden hacer más que desdibujarse.

…Y de nuevo a empacar las maletas junto con todas nuestras penas que son las que más pesan en ella, tirar las viejas fotografías e inútilmente tratar de capturar de nuevo el presente y no darnos cuenta más que demasiado tarde (quizás demasiado tarde) que fuimos nómadas modernos cuyo bifurcado destino desde siempre fue el mismo.

domingo, 6 de julio de 2014

Día Domingo

Semana a semana los días transcurren en
lo mismo,
lo que ví hoy lo he visto ayer y antier
lo he visto todo ya;

Es la antigüedad
que de nada sirve
cuya sangre es la monotonía
y las lágrimas insatisfacción.

Los recuerdos como desteñidas fotografías,
borrosos paisajes de épocas mejores.

Como una llaga la vida se muestra,
y el día a día
languideciendo se encuentra cara a cara con la nada,
El día ordinario arde en  océanos de fuego
cuyas llamas son perpetuadas por los sueños de otros
sueños que no son nuestros,
que reducen nuestros maltrechos destinos
a efímeras cenizas
testimonios vagos
de cualquier existir.