miércoles, 25 de diciembre de 2013

Veinticinco

Pongo la música a un volumen agradable, así siento que
Mi alma se evade del mundo
Me gustan los días tranquilos
Los días festivos porque a través de la ciudad encuentro poca gente
Puedes cometer un delito si quieres, asesinar a un policía, o a la hija de un político
Igual a un alma inocente que deambule y se cruce contigo, sin discriminación alguna
Todo depende por donde vagues, pero yo no vago
En fin soy un evasor me gustan las largas jornadas que me impidan pensar y quejarme,
Y que a su vez hagan sentir otros dolores, pretextos para
Beber cerveza y fumar hasta la intoxicación,
Para sentir que moriré de cáncer
Temo a la muerte y el cáncer, pero el cáncer y la muerte
Son cura para el dolor de la vida
y de esta soledad que se cuela por la ventana

De la habitación desde la que escribo esto.

martes, 12 de noviembre de 2013

Anónimo Retrato


Te he buscado para saber quién soy, y yo no sé quién soy.
Hanni Ossott

Ernesto Siempre solía dar algunas aguerridas fumadas a su delicado mientras esperaba en alguna banca vacía de la gran ciudad frente a Cualquier templo la llegada de Paula.

Cotidianamente veía al mismo viejo jugando con el perro que antaño desde que la espera se prolongaba en aquella vacía banca había visto crecer, lo que era un pequeño cachorro ahora era todo un semental jugando con aquél indigente que lo poseía .

Ciertamente Ernesto en ninguna ocasión vio a Paula, salvo una vez en la cual ésta a través de una red social se decidió a enviarle una desteñida foto, en la cual se vislumbraba apenas un paisaje en medio del cual ésta aparecía solitaria, digo apenas porque la foto no tenía pigmento alguno, parecía una foto de algún otro siglo, de algún otro lugar.

Durante las mañanas hasta el mediodía Ernesto se empeñaba arduamente en la oficina, los mismos labores, la captura diaria de datos, el mismo tecleo en la vieja computadora como autómata. Casi cada día de la semana se había tornado para aquél solitario hombre rutina, es decir, rutina como la mismísima fotografía que orgullosamente guardaba de su amada junto con sus empecinadas esperanzas de su llegada, sabía que nada cambiaría, que cualquier día saldría a la calle, y encontraría a las mismas personas, al mismo indigente en el mismo lugar haciendo desatinar al perro ya crecido.

Sabía que todo no era más que ir perdiendo el pigmento como en la taciturna fotografía de su anónima amada, es decir concebía la vida como una perpetua espera en medio del envejecimiento y la podredumbre.

Un día Ernesto se decidió a imprimir inconscientemente aquella fotografía, ¿qué era lo que veía?, una chica delgada de tez morena, de joven edad, de una mirada hermosa que ningún otro instante podría capturar jamás, no existiría cámara pensaba Ernesto, ni en un millón de años que iguale dicha obra de arte, ni siquiera el mismo tiempo, si este se regenerara seguro no sería lo mismo.

Ese mismo día un poco cansado decidió Ernesto abandonar el trabajo una hora más temprano de lo común, reportándose ante recursos humanos como enfermo. Lo cierto es que desde aquél día de la espera perpetúa Ernesto había adelgazado casi en exceso, en su rostro se pintaron unas grandes ojeras, como las que se pintan en el rostro de quien nunca descansa, de quien va en la búsqueda perpetúa de lo in-buscable, lo inalcanzable.

Ernesto decidió ir a aposentarse más temprano de lo común en lo que desde hace 2 años fuera su melancólico recinto, en la misma banca que sólo el paso de los años y la enfermedad que estos traen le quitarían, las felicidades de la incorruptible ilusión de verla un día llegar, tan tibia y solitaria como en la fotografía. Aquél día no fue la excepción, como solía hacerlo día tras día tomó asiento, con la vaga esperanza de que Paula llegara.

Su mano como si fuera anónima, ese objeto parcial cobrando vida de pronto se introdujo, penetró sin consideración a su bolso, sacando el retrato de su anónima amada, cuando fue consciente de la acción, de lo que había en su mano, y que anteriormente estaba en su bolso Ernesto se sorprendió, rápidamente echó un vistazo a aquella vieja fotografía, y lo que vio en aquél rostro, en el rostro de su joven amada, fueron sus propios ojos, su rostro y cuerpo capturado ahora en otra vieja fotografía, vista por alguna otra mujer, alguna otra anónima mujer cuyo destino sería la espera perpetua en cualquier otra banca, viendo a un indigente jugando con su perro, y el paso del tiempo cuya cuenta será medida por cada cigarrillo que ésta fumara, y  la desesperación perpetua de lo inalcanzable...



domingo, 20 de octubre de 2013

Le bateau ivre



Por un momento me sentí perdido,

Ciertamente en estos momentos

 no sé si me he encontrado.


¿Qué es lo que quiero?:

¿La exaltación de los sentidos que a la locura me ha llevado,

 Ó

Ser recatado?


Me regocijo en esos inalcanzables tiempos

que como fotografías plasmé

con la luna como

Mi único testigo

Y la zozobra diurna.


Por el momento mis manos tiemblan

¿Cuánto tiempo he invertido?

¿Cuánto tiempo ha pasado

Desde que nos preparábamos para navegar

Por los mares de la embriaguez?


Tristemente todos los puertos se nos han pasado,

He perdido el timón que nos dirigía, junto con los remos,

Hemos llegado nadando a playas desiertas

Y  tarde nos percatamos


Que la tripulación ya no nos acompaña más...

lunes, 30 de septiembre de 2013

MÉTODOS NIHILISTAS.



Ya déjate de mamadas decía mi abuela Margarita madre de mi madre cada vez que la visitaba. Recuerdo que tenía “sus ungüentos de mariguana para sus dolores” bien guardaditos. En mis tiempos de estudiante siempre me ví en la penosa y conchuda necesidad de tomarle un poco de su mercancía para llenar mi pipa e irme muy bien equipado a la facultad de ciencias políticas, no es porque fuera un adicto, así como mi abuela la necesitaba para calmar sus dolores, yo también la utilizaba para calmar mis dolores mentales ante tanta estupidez humana, estupidez que miraba  al atravesar toda la ciudad para poder llegar al centro universitario al cual asistía.

Margarita era una mujer íntegra, mi abuelo murió feamente atropellado después de una larga jornada laboral aproximadamente  por 1000 carros justo el día de mi nacimiento, siendo reducido de este modo a mera estampa postal adornando de rojo carmesí el pavimento, al menos eso me contaron los vecinos amarillistas, por eso me llamaron como él, Jacinto.
Mi madre estuvo casi a punto de abortarme, se puso realmente mal cuando se enteró que mi abuelo había fallecido, razón por la cual me evacuó por su gorda y voluptuosa barriga, no por su vagina…

El trabajo siempre me ha parecido un mal para la sociedad y la libertad del hombre, prueba de ello Jacinto mi abuelo, atropellado por estar cansado, el trabajo la causa de todos los males, causa de que yo hubiese salido de una barriga, y no de modo natural de una vagina.

…"Sáca la cabeza del culo y pónte a trabajar" me decía mi abuela cada vez que la visitaba para comer en compañía de mi novia ó mis amigos. Yo siempre portaba mis libros de Bakunin, de Mao tse tung, y a huevo de Karl Marx (aunque para ser sincero no entendía ni madre alguna de ellos), en espacios públicos, debo aceptar, con ellos bajo el brazo me sentía más seguro, así como imagino deben sentirse las personas que portan camisas con el emblema del che (se ven bien padres).

Ya en la azotea de la casa de mi abue ponía en el alto parlante que ahueviorísticamente me prestaba vinilos de los doors, mientras me echaba unas caguas con los compas de la escuela, así dejaba ir los días.

Sí ella renegaba (porque eso sí, no sabía renegar, y quejarse), yo rápidamente argumentaba:

-.“¡Los artistas no trabajan abuela!”

*.Eres un cabrón mantenido, ya verás lo que es la vida, me decía…

Yo lo ignoraba, hubiese sido mejor haber hecho caso. Aunque para ser sincero tenía planeado morir joven, como esos rockstar´ s satisfechos a los 27 pasados de dosis, pero ni para eso fui bueno.

Fue pasando el tiempo, mi juventud, mi etapa de aprendizaje se fue con cada otoño que veía transcurrir, con cada vecino ir y venir del trabajo, mientras yo me quedaba rezagado en mi casa, ó los bares aledaños a la escuela según fuera el caso. Las amistades se disiparon, algunos de mis amigos hicieron maestrías en recreación y demás cosas por el estilo. Mi chica me dejó y yo hice nada. Yo caí en una profunda depresión, traté de terminar con mi vida, intenté de todo, desde pasar una noche completita en la azotea, hasta colgarme de la regadera, lo único que logré fue darme un buen madrazo en la cabeza.


Actualmente me arrojé desde un primer piso de aproximadamente dos metros de altura que no me produjo algún relevante  daño, sólo me dejó en esta silla de ruedas haciéndome añicos toditita la cadera, y por supuesto más inútil…

lunes, 9 de septiembre de 2013

9913



Algunos días simplemente dejo fuera de mi ventana correr los días,

Con el riesgo perpetuo de quedarme rezagado en este leteo,

En las cervezas y cosas con los que trato de tomar vertientes,

Caminos fáciles que resultan más difíciles

Que entierren en algún surco de mi cabeza esta realidad

Trato de perder el tiempo, y este en sus celdas me enreda y pierde.

Martirio constante

Que pasa entre insomnio ó sueños de ejecuciones

Que se llevan  lo único que quiero

Sueños en los que soy esclavo y verdugo.

Ya no encuentro más satisfacción

en la hegemonía de los barbitúricos y las cosas buenas


que solía resguardar, a las cuales se solía

someter mi cabeza…

lunes, 12 de agosto de 2013

Días (z)...


¿Quién llamó a la muerte
para que viniera a presenciar nuestras maltrechas vidas,
indeseable testigo?
Anfitrión (a) nunca invitado (a) a este éxtasis
A esta absurda ruleta
Con seis tiros de gracia
Y como argumento sólo una vida…
Este alcohol  vertido a una herida
Como metáfora y argumento
De nuestro avasallador existir,
Perpetuas lluvias que sólo nos ahogan
Pero nunca saciarán nuestra sed
Música que nunca se escucha
Aquí para “los vivos” sólo torre de Babel,
Letras, palabras oraciones
En las cuales no entendemos significado alguno
“pasatiempo” que es trabajo y este monotonía
Trabajo que es trabajo y a su vez es martirio.
Tiempo, solo tiempo no vivido…
¿para qué preocuparse más?
Año tras año
Sólo como borrosa fotografía
Recuerdo lo mismo
Aquél, aquél maldito día

En que la vida me fue otorgada...

lunes, 15 de julio de 2013

Fragmento de vida

En estos días difusos no hay nada por hacer,
Nunca hay nada por hacer…
…Sin embargo el tiempo nos alcanza, (presurosamente)
Nos alcanza,
Y solo lo entendemos
Cuando más desprotegidos estamos,
Cuando no hay más certeza que el azar para uno,
Y galantemente la enfermedad, quizás la podredumbre encontramos en
Esos sinuosos caminos como las únicas amantes.
Que cantidad de habitantes…
…¿Qué cantidad de habitantes medios vivos
En este mundo de mierda somos?
En esta vida joven e infinita,
Y quizás la otra
En la que lo único que por nosotros espera es
El perpetuo ocaso, y sólo en excepcionales ocasiones
De manera muy tardía,
E impuntual

La supuesta sabiduría…

domingo, 30 de junio de 2013

...

¿Qué hace una banca en medio de la acera donde sólo sueños se ven pasar?,
Estirpes de deseos que se apagaron en nuestras cabezas
De generación en generación,
Con el paso del tiempo
Que se llevaron de los ojos nuestras vendas
y sólo nos hicieron ver nuestra mortífera realidad
desengañados, sin esperanzas
¿qué hacemos con ello?
Con nuestros padres muertos,
Que se embarcaron a los abismos del tiempo
Y trataban empecinadamente de aferrarse a la vida…
…los días gloriosos en que creeíamos salir victoriosos
y que cada vez como un viajero sin rumbo
más y más se alejaran,
hasta que la única precisa certidumbre
se nos presente como un viejo sol eclipsado,
y no halla otra alternativa
más que quedar arrodillados
 totalmente extenuados
con la frente en alto
en medio del candor de una mirada disipada
recibiendo a la muerte.




Aunque he visto mis caminos bifurcarse
Nunca he tomado atajos, ni cambiado de opinión
He resguardado siempre una convicción tal, que hasta
Se podría caer en la estupidez como un clérigo,
¿Quién podría creer en mí, en las certezas que almaceno

como viejo baúl?, ¿quién si no yo?…

viernes, 21 de junio de 2013

La ficción del 12-06 hace 13




Otra vez es junio, otra vez es viernes, un día más de los cíclicos tiempos que nos esperan, en la eterna incertidumbre del sí no. Las alegrías anteriores que albergaba apenas si hoy por la mañana se hacen presentes, pongo un pie apenas en el piso, y me siento asqueado, miope, mareado, no puedo hacer otra cosa si no es más que pensar en las calles desiertas por las que transitaré, a absurdos destinos. He tomado el desayuno con la espera de sentirme un poco mejor, y nada, soporto sobre la mesa las absurdas pláticas de mi madre, y mi hermana que no tienen importancia. Hoy me siento más vacío que nunca, no sé realmente qué hacer. He servido un café a la mitad y no lo puedo terminar, así como no puedo terminar los artículos, y libros que me proponía a leer, ¿será quizás que comienzo a mirar de manera realista la vida?, algunos dicen pesismismo, yo digo realismo.

Salgo a dar un paseo y me doy cuenta que cada vez mis pasos son más lentos, miro a los chicos jugando por las calles y sin razón alguna me doy cuenta que me molestan, que los odio, quizás después de todo sea porque en ellos veo mi tonta silueta, mi absurda niñez, lo que precisamente me ha hecho ser este de ahora.

Al transcurrir el tiempo me percato de que la (Mi) vida es un vacío infranqueable…

Algunos afiches que traduje neuróticamente mientras circulaba a bordo de un camión (vacío por suerte), en las afueras de un bar de “mala muerte”.  Absurda y azarosamente a la par pensaba en irme a beber:

Ce zolicita mezera
Vuena precentación (“arriVa las chibas”) interpretación neurótica: Buena y palpable, mala ortografía, así sí trabajo cómo no.

Mallor de 21 anos (eso es lógico claro, de ninguna manera necesita ser interpretado, al menos no por una persona medianamente inteligente, en toda guerra se necesitan trincheras) interpretación neurótica: legal, ingenua, y buena, en pocas palabras “explotable”

Fasilidad de la palaVra: Interpretación neurótica: Habilidades orales (si sabes a lo que me refiero).


Por la noche me fui por una caguama, para aplacar el enojo y vacío cotidiano, de nuevo encendí el ordenador sin esperar algo a cambio, encontré un artículo posteado en alguna de ""esas redes sociales, (y vaya que son redes te atrapan y  apendejan) con el siguiente título; Mujeres y porno 10 datos que no sabías de esta relación (¡que nuevo!, pensé, lo cual no fue factor para acceder a dicha página, encontré en efecto  nada nuevo).

Como siempre me he arrepentido absolutamente de mi día, para nada ha sido enriquecedor, repentinamente me pongo a pensar ¿que dirían Sartre ó Heidegger de mí?, “que mierda de persona eres”, pero en alemán, ó francés según sea el caso…

Y yo orgullosamente les contestaría: "con la vida nada se hace"...

viernes, 31 de mayo de 2013

Apuntes


¡Oh!, ha sido un camino muy largo, y corto a la vez, un océano repleto de pequeñas ambivalencias de pequeños buenos y malos momentos, pero siempre eso sí tratando de embellecer la vida. Súbitamente me he percatado que comencé encontrarle significado a la misma justamente cuando he dejado de buscarlo, tal vez porque al final no haya nada que encontrar, y siempre se trate a final de cuentas de pérdida, ó de ese sentimiento de incompletud, de vacío, ó por el contrario de completud que encontramos al llegar a casa después de una jornada, y de un hastío aplastante en medio de gentes que sin conocer resultan odiosas, ominosas, aunque lo sé, lo sé yo que soy uno entre ellos, soy uno del montón y quizás soy igual de aberrante para alguien más.

Sacando las cuentas en total, se trata de ir navegando en la corriente, lo ideal sería aventurarse contra corriente, si fuera el caso que valiera la pena el sacrificio pero la situación no lo merece. He dicho navegar en la corriente, pero no dejarse arrastrar por esta, ni por su multitud.

La vida es demasiado compleja, no me gusta quizás hasta la odio, me parece una languidecida guerra sin cuartel ni trincheras con la única opción de vivir ó vivir y a final de cuentas salir jodido. ¿cuántas veces nos quedamos a la mitad del camino? Cuántas veces, cuántos años bastarán para soportar la pérdida de alguien más, de todos aquellos que nos dejaron, de todos aquellos, que vienen, y sin embargo todos vamos y venimos de donde mismo, no importa la situación se pueden tomar atajos a dicho destino, al fin y al cabo nos veremos ahí cuando nos percatemos que hemos vislumbrado el último ocaso, cuando seamos conscientes de que finalmente hemos eclipsado, que esos indómitos caminos finalmente han cesado para nosotros.

A mi corta edad como un alquimista me he dado cuenta de multitud de cosas, ó quizás sólo las he recreado como la certidumbre de que me faltarán años para conocer todas las cosas que este mundo almacena, ciertamente en esta etapa de la vida odio más cosas de las que amo, mi fé se ha perdido, la he dejado bien guardada en algún recóndito lugar, algún maltrecho cofre y he perdido la llave, me pongo a pensar un mí, en un  yo anterior y hasta lo aborrezco, pensar que incluso yo fui uno de ellos, uno de la corriente, uno de la multitud, de los que iban por la vida, ó van por la vida de manera histriónica, y alegórica con la venda de la patética cultura que nos envuelve, los medios de comunicación, sistemas políticos, en fin la realidad que desgraciadamente nos conforma, nos cobija con su mediocre calor.

Lo siento, pero no puedo dar un vistazo de 360 grados sin ver no más que animales, creo desde mi muy humilde opinión que el concepto de “ser humano” está sobrevalorado, sea para bien ó para mal, y no mentiré al decir que todos nos sentimos más humanos que el otro, que sacámos mejores opiniones que los demás, que emitimos juicios que serían galardonados por los mismísimos sabios dioses… que todas las personas sirven de algo, eso sí, algunos como carne de cañón, otros para que se lleven la basura, en fin… sólo que hay quienes no sirven para nada, y solo fungen una función como obstáculo, son agentes mediadores entre el animal humano y la mediocridad, en fin obstáculos para el engrandecimiento y la exaltación del hombre, y el logro de sus objetivos

Creo que toda actividad que se hace día a día, y para que sea humana debe llevar algo, ó mucho de reflexión, el hecho de estudiar, el hecho de sacar la basura, ó ser explotado en alguna “empresucha” trasnacional, toda actividad debería tender a la revolución y al empeño por superarse a través del trabajo concientizado (no esperar a que las cosas como pesadas gotas de agua caigan del cielo), refiriéndome al cambio, para remover a los pocos primates que manipulan de mala manera el país, el sistema económico-democrático, y a toda la bola de parásitos sociales que no hacen más que seguir alimentando más a dicho sistema, por ejemplo “los agachones” el trabajador ordinario que se somete al pagar impuesto, que trabaja horas extras para no ver su salario tan miserable, que llega a su casa y lo primero que hace es prender su televisor, dormir y volver vacío, a una rutina vacía…

jueves, 16 de mayo de 2013

Los universos que albergaba antes de salir.


El universo que albergaba mi cabeza se esfumó al poner un pie en la acera, y aventurarme a salir de casa, mi universo se deshizo, un apocalipsis ocurrió mientras caminaba bajo un cielo triste, lloroso y frío que cobijaba a mi malhumorada cabeza;

Desolación, sólo eso en las calles, y mi sombra y la resaca de borracheras anteriores; prostitutas, maricones, monjes budistas usando "naiki", niños en las escuelas lavando sus cabezas, matando su creatividad, su elocuencia, y eso no,
no es un crimen…

De algo se debe vivir a final de cuentas supongo,
ciertamente los universos que nuestras cabezas albergan no nos alimentan

(Y que lo digan nuestros padres ancestros ya muertos por la pereza pensante y los universos perfectos, los cosmos que había en cada surco de su masa encefálica)

Los ideales no nos alimentan

Lo único que nos alimenta es vendernos,

Perder la inocencia y ser como putas

Esperando alguna miserable recompensa

Por algún trabajo relativamente bien hecho,

Recompensa que

Apenas sirva para seguir desempeñando dicho trabajo

y para comprar nuestras drogas nuestros fármacos que curen

las golpizas que nos da día a día la (mi) vida

Y alimentar el mismo infinito círculo que nos atrapa.

Da la sensación que no somos más que pequeños engranajes dentro de una infinita y 

mortífera maquinaria.


Por lo tanto la vida carece de todo sentido.

martes, 23 de abril de 2013

..

En alguna tumba de la desierta ciudad  yace un cuerpo
carcomido por los rastrojos del tiempo,
al igual que la madera que a éste resguardaban,
de las telas de su vestimenta no hay más, sólo plétoras,
cúmulos de nada...
Déjenle ahí descansar hasta que díos ó el diablo
con sus frías garras lo cojan, no se roben sus suspiros, ni
sus perpetuos silencios,
ese hombre mató lo que amaba y por eso tenía que morir...
así como todos los hombres simplemente matan lo que aman...

viernes, 19 de abril de 2013

Narración inteligentemente mediocre, tras narración inteligentemente mediocre...


¿Cómo comenzaría este cuento Agustín si yo nunca estuve allí?, para indicarle que no me gustaban los carros, que hasta el momento, este preciso momento que tengo una cuerda en el cuello no entiendo la suma de números imaginarios, 1 más 1 para mí infinitas posibilidades al igual las que brindará esta cuerda. No no no.

-. Agustín no quiero ser tu personaje, no quiero ser algo más de autoayuda que de la nada vive y se supera, y vive como esclavo a final de cuentas, yo lo que quiero Agustín es la VIDA, VIVIR, no vivir…

El hijo de la chingada me quería poner en un cuento en el que yo era alcohólico, por favor, nunca, nunca dejaría de serlo, así como lo infinito de lo que conocemos, así como la extensión de díos yo no quiero serlo.

Él mi personaje surgió de la nada, de uno de esos días de aburriemiento, y en los cuales estaba mediocremente pedo después de trabajar en un ambiente oficinista hostíl  un viernes por la noche como para hacer algo shakespeareano y dije;” ¿que demonios?, hoy, hoy quiero escribir autoayuda, pero mi personaje, el personaje de Agustín se salíó de sus casillas”.

-. ¿Cómo me arrepentiría de morir , mediocre-jodidoAgustín? Si la vida es una joda, a pesar de ser un “puberto” como tu jodida e ignorante boca lo escupe, aún así lo sé, como sé que tengo más madurez de la que tendrás en mil años.

-. 1000 años quizás,  lo sé pero en eso consiste todo, sé que Carmen tu novia hombecito sin nombre te dejó, tu noviecita de 18 años te ha dejado por tu patrón, que es la realidad, ó como tú dirías “la leche”, porque el mundo no es así, el mundo es, y ya, no entiendo por qué salirte de mi estructura y pretender ser independiente…

¿Sabes algo Joaquín?  ¡Ve a chingar a tu madre!...

jueves, 4 de abril de 2013

Las pelotas que nunca bajan (Uno Rapidín y Llanero)





Ignacio, el Nacho, el “Nacho Pistachos”,  mi viejo abuelo siempre concurría al memorial campo de fut bol soccer llanero denominado “la mancha” en un pequeño pueblo del cual no quisiera acordarme a ver jugar futbol a los lugareños de aquella comunidad tempranito los domingos por la mañana. Te lo cuento porque en alguna ocasión me llevó con él, sólo fue en una ocasión, mi madre no me dejó ir con él nunca más primero porque ya nunca se podría, y a posteriori y para iniciar ya imagino sus pretextos si el “Nacho pistachos” siguiera con vida; “es que tu abuelo va con toda la intencionalidad de embriagarse como vikingo en altamar”, sólo para que te des idea en cada medio tiempo, digamos cuarenta y cinco minutos se tomaba hasta tres cartones de cerveza él solito.

Lo cierto era que mi abuelo era un filósofo y un alquimista de la palabra, desde luego que frustrado, es decir; un poeta. Acudía a aquellos lugares para adquirir inspiración decía, y claro que la obtenía, pero para dormir y quizás en exceso, esas cervezas que se bebía lo elevaban demás quizás sólo en su sueños

Me acuerdo aquella peculiar tarde terregosa que jugaban los alacranes contra los leones (Vaya ahora que lo pienso nombrecitos de equipos tan más creativos de aquellos quienes jugaban en esa liga y claro nunca faltaban nombres como el barza, ó la lluve házme el fuingado cavor) aquella tarde primaveral 21 de marzo se jugaba una peculiar copa denominada con el mismo nombre (que chingaderas en la mancha fluía creatividad) que duraba prácticamente todo el día, claro el pretexto era la liga, el objetivo de quien acudía salír muy pedo, el objetivo del dueño de aquél antro hacer felíz a las personas, el objetivo que yo presenciaba aún apenas siendo un mocoso de 8 años, vender.

Así que aquel día no fue la excepción y justo cuando dio inicio la patada mi abuelo que estaba ya borracho, y yo también entrgándome a los albores del agua de Jamaica y churros con chile del triciclo de carmelita, mi abuelo llevaba aproximadamente unos 10 cartones yo unas 3 aguas y dos paquetes de churros con sal y limón (y todavía le faltaba, y me faltaba) súbitamente me comenzó a narrar una historia peculiar de porqué acudía a aquél campo; don Alfonso su padre, y su padre que sería su abuelo, y mi tatarabuelo también lo frecuentaban, le contó la historia que ahora ya me contaba, era como un tipo de profecía de final de cada partido de final de liga, un tipo de profecía combinada con marihuaneadas (aunque sólo la usaba ésta (la “marigüana”) para untársela en las reumas)  de mi abuelo y trivialidades, ya saben cosas innecesarias de abuelos súbitamente me dijo mira al cielo; cuando el balón alcance ese punto (justo al centro de la cancha)  a una altura aproximada de 22 metros verás algo espectacular, y así sucedió, repentinamente mi abuelo cayó redondo, fulminado, muerto, tan muerto como le gustaban las cervezas que vendía doña María…

No sin antes emanar una luz intensa, amarilla de su corazón en aquél momento estaba como en shock, sabía que mi abuelo estaría bien, que no pasaría nada, pues él lo sabía. El hecho es que efectiva y tristemente falleció.

Nacho pistachos, Ignacio Reyes, Mi abuelo dejaría de acudir de una vez y por todas físicamente a aquél campo, a aquella dimensión donde la realidad pasaba en un segundo, donde se añoraba la eternidad, pues ni esta bastaría para saciar las pulsiones que cada individuo que frecuentaba aquel lugar conocía en sí mismo.

En ese momento equipos contrarios, todos, hasta los que se acababan de “partir la madre” se tomaron de las manos en círculo, rodeando al cuerpo de mi abuelo, en efecto fue un fenómeno sobrenatural aquél que presencié, una comunión perfecta dónde las rivalidades y los pleitos dejaron de importar aunque “el chuy” sabía que el lunes cuando mirara al “toro” en el trabajo le pediría una disculpa por el puñetazo que le dio durante el partido, ó “el chimue” se apologizaría con “el Inge” por haberle recordado a su “jefecita”…

El hígado al parecer los doctores estaba prácticamente deshecho desde hace 2 años, y parte de su corazón también, pero su alma, esa alma de Ignacio mi abuelo, de “nacho pistachos” como le llamaban los borrachines de aquél antro quedó intacta y sería para siempre un enigma en aquél campo de la mancha…

lunes, 25 de marzo de 2013

La importancia de llamarse como yo...

Al cholo de mierda que se quedó sin perro en un crucero

No hay importancia de llamarse como nada ó nadie, un nombre es siempre más bien animalesco, bien me pude  llamar como el cholo que atravesó la calle con su pitbull y planeaba hacer fortuna con ello, y no hizo más que llorar porque se quedó sin perro, con este ahí como asfalto en el pavimento, ó bien simplemente me pude llamar como el mismo perro. Siempre me ha causado conflicto el hecho de tener varios nombres, no porque quiera que me digan de una u otra forma si no porque elegí ninguno de ellos. Preferiría que no me llamaran por nada, ser un perfecto desconocido, pues de tener elección me gustaría llevar un nimbo en la cabeza y que me dijeran Jesús-cristo, ó ser el papa, ó el presidente, ó alguna persona asquerosamente rica como Díos ó el Diablo aunque haría absolutamente nada con ello, a excepción de ser como momia, ó tener una tumba bonita. ´

O llamarme como alguna persona normal eso sí que me agradaría, de las muchas que creen que la democracia sólo se vive un día, y que recuerda la existencia de los demás sólo en sus cumpleaños, ó cuando necesita dinero, y la existencia de la t.v todos los días.

Por eso creo que mejor no, simplemente de ninguna forma no, no me llamen…

martes, 19 de marzo de 2013

...


De cualquier manera siempre se tiene la sensación de salir perdiendo,
Y al final del día lo único que tengo es la noche
 y mi eterna soledad,
Al lado de una mano que ya no toma nada
y se cierra porque le apena su miseria.

Si tan solo tuviera una oportunidad para corregir
Todo el pasado, y el pesado destino,
Aquellas cosas que no quise
y de las cuales fui esclavo…

…Mis nacimientos,
los días que vendrán,
y el temor de haber sufrido ya mi muerte
(ver mi cuerpo engusanado, vieja ceniza sobre mi cabello)
como limosna que brinda la vida,

y más horroroso aún
despertar de nuevo
en otras formas, en otros millones de cuerpos diferentes
en océanos impasibles que no dan tregüa
a la finitud que anhelo,
que he anhelado desde mi nacimiento
Perpetua tranquilidad…

Y la insatisfacción que no me deja descansar.

Precisamente hoy tengo la lucidez y la certeza
De que llegarán días en los cuales
las lágrimas vertidas sobre la tierra
por millones que piensan como yo,
por quienes amo, amé, y amaré,
no serán más que recuerdos secos,
vestigios de manantiales bifurcados
que perecieron empecinados
en la esperanza de algo mejor…

martes, 26 de febrero de 2013

Carta sin destino...


Ahí la ví llorando de nuevo, como si las lágrimas curaran el amor y sus agravios, y le dieran esa chispa de eternidad en la cual todos creen sin necesidad de que  exista, como sí esas lágrimas vertidas sobre mi hombro me fueran a hacer cambiar, como si me fuesen a permitir amar tan desapasionadamente como todos los demás. Sólo penetran como ácido hasta el fondo de mi ser y me siento relativamente estúpido en ese congelado momento de tibias brisas sobre mi hombro. Las lágrimas de aquellos hermosos ojos, desperdiciadas profanadas contra mi camisa fueron tristemente por nada, mi perspectiva, mi neurótico yo nunca cambiará, tan cierto lo anterior  como la misma certeza de que esta cerveza que me acabo de beber no me gustó, tan cierto como que aún te quiero y como esa sensación de que siempre lo haré aunque me dejes solo con tus fantasmas del pasado, claro a mi manera teniendo en cuenta las desazones del tiempo y las erosiones que le va causando al mismo “enamoramiento”, absurdo decir y más pretender que el amor existe, no existe (y puedes mirar los amoríos homosexuales de Verlaine con Rimbaud, grandes teóricos del simbolismo, del “amor”) sólo si queremos le damos vida, lo reinventamos ahí reside nuestra capacidad.

Y cierto también que siempre es más fácil sentirse diferente a los demás y “tomar la salida fácil” como te gusta decirlo, por eso por hoy no lo haré, y te diré que me gustaría ser como los demás…

…Y  así como me gustaría ser como los demás y tú, que sólo prevén el futuro monetario, el material, el del amor cósico, menos el sentimental, muy por el contrario vivo inútilmente al revés, y ciertamente me siento estúpido porque no me sirve de nada, pero he de suponer que a final de cuentas una convicción es una convicción que de menos algún lector de tumbas, de criptas leerá grabado en la mía, el tonto que murió en soledad, el don nadie que dio su vida por su inútil convicción y terminó con las manos vacías. Pero ciertamente no quiero en mi mano otra cosa que no sea la tuya… no quiero

Fíjate en cambio es más fácil para los animales, supongo no piensan sólo actúan, ya sé que dirás blablablá como aquella vez en que te hablaba (aunque no quería para romper los silencios que tanto te fastidian y que yo amo ) del pensamiento y su relación con el Lenguaje, cómo estos se encuentran apareados eternamente cómo animales dogmáticos deseosos sin tregüa, sin dejarse el uno al otro,-

-pero no,  esta vez no será una cátedra sólo por mencionarlo, por no tener más que decir, más que hacer…

Lo cierto es que para mí más fácil resultaría ser un animal, (aunque lo soy, y soy consciente), muchas veces da la sensación del martirio, de la agonía diaria que debe pagar uno por vivir…

jueves, 24 de enero de 2013

CATALINA




Don Manuel era un ciudadano ejemplar clase media, ortodoxamente católico, conocido en toda la colonia no por el famoso negocio de tamales del cual era acreedor, si no por su personalidad extrovertida y positiva, siempre saludando a todo vecino en la colonia, y ofreciendo su ayuda en todo momento cuando alguien la necesitaba, un individuo realmente altruista.

Enviudó cuando tenía alrededor de 50 años, ó no sé si eran más ya que siempre se le ha visto joven, al menos su alma lo es,  aunque su pelo es canoso y su rostro cansado, digamos que su aspecto físico dice lo contrario.

Su esposa llamada Catalina fue siempre una mujer sana, delgada, salía al parque a caminar, el parque por donde Manuel tenía su negocio de tamales que anteriormente pertenecía a su padre don Manuel. Según me narraban mis abuelos esos tamales eran el éxtasis en la colonia, las señoras gordas presurosas jalando a sus hijos de la mano como queriéndoles arrancar el brazo mientras estos jugueteaban distraídos acudían tempranamente e incluso era un fenómeno peculiar de homogenización que hasta la fecha lo observaba es decir los mismos patrones, como si fuera un ritual sempiterno.

Catalina esposa de Manuel poseía una personalidad demasiado introvertida, no hablaba con casi nadie en la colonia, sólo utilizaba sus energías vocales para aspectos necesarios como para pedir algo en la tienda, ó algún convencionalismo como decir buenos días apenas, como si le costara trabajo articular una simple frase, y aunque a ciencia cierta me considero una persona hasta cierto punto introvertida y huraña, siempre observé mientras hacía fila en las tortillas y coincidíamos, un cúmulo de misterios que albergaba la mirada de catalina con esa sonrisa media decaída.

Y no fui el primero, supongo que las mujeres suelen ser más observadoras. Las voces y los rumores en torno a Catalina no se hicieron esperar, corrían por todo aquél sector, era tema de conversación especialmente de las mujeres mientras barrían la calle, ó mientras se encontraban en la cola esperando a ser despachadas por Esperanza la mujer de la tortillería que a diferencia de Catalina andaba siempre con una gran sonrisa pintada en el rostro.

Siempre se escuchaban las características ó interrogantes tan triviales que le adjudicaban y que pueden sonar hasta a clisé, porque cuando se habla en grupo de otra persona nunca se es creativo, el pensamiento se limita tanto, que sería mejor existir solos y quedarnos callados como la hermosa Catalina solía hacer; “¿Por qué será tan callada?”, “que sangrona es Catalina,” “será porque no tiene hijos” , “¿Por qué no le ayudará a Manuel con la venta de tamales?” y tópicos de esa índole que siempre parecen no tener sentido más que el único sin-sentido, sin-razón de hablar por hablar, ó dicho en otras palabras gastar saliva a lo estúpido…

Doña Catalina fue siempre un enigma para todos los vecinos en la comunidad, y más aún su prematura muerte a la corta edad de 45 años, era una mujer hermosa, como lo he mencionado anteriormente gozaba de buena salud, al parecer según Manuel fue un paro cardiaco, algún tipo de infarto fulminante, nunca aclarado, y hacía bien en dejar la interrogante y brindar pocos datos de su muerte, pues realmente a sus clientes y a los habitantes de sus alrededores, de su barrio qué nos importaba

El servicio funeral de catalina fue demasiado rápido, acudieron al sepelio gran cantidad de personas, algunos familiares de catalina, que en realidad y para ser precisos fueron pocos, los demás vecinos amarillistas y chismosos pretendiendo brindar su apoyo a don Manuel (que al menos a mí me pareció su misión era más la de terminar con la azúcar, las galletitas, el café, y tamales que había preparado  para los asistentes) , el cual se veía realmente tranquilo como si no fuera a vivir en soledad el resto de sus días.

Poco pasó para que Manuel se “repusiera,” realmente poco tiempo, al siguiente día de haber incinerado a su mujer, a la mujer que amaba, volvió al trabajo, felíz se le veía, no había rastro de luto en su persona.

Pasaron algunos años, yo dejé la ciudad (específicamente la colonia), debido a cuestiones laborales el negocio de Manuel siguió creciendo por un tiempo.

Debo aclarar antes de concluir esta narración que los tamales de Manuel eran los mejores del rumbo, no sólo de la colonia, su especialidad eran los de carne, esos llamados rojos, ó verdes, eran los de mayor demanda. Personas de colonias aledañas llegaban a hacer colas eternas para adquirir por una módica cantidad uno de esos tamales acompañados de un atole.

Al regresar después de mucho tiempo (realmente unos tres años) me sorprendí al ver el pequeño local que ocupaba el negocio de don Manuel en renta. Indagué un poco al respecto y como argumento general obtuve que al parecer don Manuel fue arrestado. Tenía ciertos antecedentes penales por homicidio, al parecer la vida que llevaba fue algo turbulenta, nunca se pudo comprobar que él hubiese cometido dichos actos catastróficos y denigrantes, por lo cual fue puesto en libertad. Posteriormente conoció a Catalina y contrajeron nupcias. Después de muerta ésta, y de una ardua investigación se comprobó que el cadáver de la susodicha nunca llegó al horno, mucho menos al panteón.

Al parecer don Manuel hizo pedazos al cancerígeno, maltrecho y hermoso cuerpo  de Catalina y lo guisó. Puedo imaginar el olor a cabellos quemados, si es que no rapó el cadáver antes de hacer cocción con este, el frío olor a metal de la sangre que emanaba el cuerpo hermoso de catalina, mientras la hacía pedacitos para que cupiera en la olla.

El cadáver de doña Catalina terminó siendo un manjar para los clientes (y ahí me incluyo) de don Manuel sin que lo supieran, lo paradójico del caso fue que aquello tuvo lugar en el mismísimo funeral de la hermosa Catalina, igual los tamales aún hechos con carne humana seguían siendo ricos y más de una carne de un cuerpo tan hermoso como el de Catalina …
Después de ser arrestado don Manuel aceptó los cargos en su contra, y las aproximadamente 500 demandas (500 tamales hechos con un cuerpo humano, 500 tamales devorados por la clientela) que interpusieron los mismos.

Para ser sincero dicho acto me pareció un poco falso e hipócrita por parte de todos aquellos que acudieron al funeral, pienso; quizás Manuel hubiese tenido 501 demandas de haber incluído la mía, pero debo confesar que se lució con los tamales, aquellos tamales de Catalina eran los mejores que había probado hasta el momento acompañados, nadando en mares de salsa y picante, el rompecabezas Catalina, el enigma que albergaba su trémula carne el alimento la hermosa Catalina yacía en mí y en varias personas.

Dichos tamales parecían haber sido hechos para los mismos dioses, quizás ninguno de los hipócritas que actuaron de manera legal en contra de Manuel lo  negaría, y de tener presente otros 1000 tamales de aquél simétrico y perfecto sabor, y de tener la oportunidad el juez que lo condenó de probar alguno de ellos, estoy completamente seguro que lo exoneraría, e incluso debo ser realista, los volvería a comer quizás así recordaría la vez que realmente  conocimos  a la hermosa, a la cohibida Catalina…