sábado, 4 de noviembre de 2017

This must be the six six six...

Beautiful and radiants waves
You´ll must envolve me
Like politician things

This is the eden
where the beautiful things happens
the wonderful thing´s places

Beautiful and radiants waves,
like a thing floathing in the sea


domingo, 3 de septiembre de 2017

México City Blues...

Perdidos por las calles de México,
aquí de nuevo estamos;
nunca, jamás nos encontramos,
más hubiera valido haber despertado en algún otro lugar
escuchando algún blues…

Aquí sólo suena cada lágrima que vierte la vecina
por un hijo que no encuentra,
o el altavoz de un mariachi al final del alto parlante de su esposo 
apunto de agredirla un lunes temprano por la mañana
mientras yo crudo tomo el transporte
con destino a la tragedia...

Latas de cerveza medio vacías
rondan por las calles
que fueron y serán como viejas fotografías,
que albergaron sueños de juventud, pero no concretaron nada...

Lágrimas del tonsol  de ferretería
compradas con alguna licencia para matar falsa
pero certificada, con la marca de la plaza
que se derramaron sobre una pequeña mente enferma,
que no aguantaba más el “México Blues”,
que la volvieron adicta a los corridos y 
a la muerte…

Nosotros desde arriba 
lo mirábamos todo desde fuera,
Optamos después de un rato reunirnos,
optamos por danzar sobre los cadáveres
que después quizás sean nuestros
al ritmo de un blues que suena cada vez más triste,

Más lento, pero a la vez
Más rápido...





domingo, 12 de marzo de 2017

Untitled

Soy un viajero que ha emprendido un largo viaje que parece ser a la nada. Los días se precipitan uno tras otro y no se ve más que el árido horizonte que parece no acabar, el agua turbia debajo de cubierta solo sirve para enlentecer el arribo a la meta. O ¿será que no hay meta?

Cuando uno emprende el viaje con esperanzas es preciso siempre continuar, continuar… ya es demasiado tarde para retractarse; los días se tornaron meses, años, y el tiempo se ha perdido, miro hacia atrás y veo lo mismo que cuando me proyecto hacia adelante, es decir al futuro; Nada, lo cual imposibilita el ánimo y los motivos para regresar al puerto del cual partí.


Así pasan las horas, los días, en medio de ésta mortífera soledad, en medio de ésta angustia cuyo origen no logro identificar. Entonces no me queda más que esperar, sentarme a soñar si es que puedo y esperar, a que algo pase ¿qué?, con certeza no lo sé, pero esperar, quizás esperar llegar de nueva cuenta a tierra firme, a cualquier lugar, o encontrarme con el vértice-abismo que divide lo finito de lo infinito.


miércoles, 8 de marzo de 2017

Entre la realidad y la ficción; viaje en el tiempo...

Hay que buscar a diario la diferencia en la repetición, siempre y cuando uno no quiera volverse clisé de sí mismo (ah ya redacté como clisé). Sin embargo a menudo pienso y como haciendo juicio a ésta trémula y sisífica realidad qué pasaría si un día al despertar todo fuera por completo diferente, principalmente divago en ello porque el tema de los universos paralelos en el último siglo con toda la cuestión de la teoría de la relatividad en su apogeo se ha más que explotado; series, películas, revistas, etc...

Una persona construye una máquina del tiempo, demás está decir que viaja en el tiempo y altera algunas cuestiones de su pasado, o del pasado en general; Un simple pisotón a un insecto, el hecho de tocar una hoja (entre otras trivialidades). El punto es que al querer volver al presente después de ir por el pasado de pronto todo se modifica, súbitamente miramos a personas caminando de manos (cuando menos) o ciudadanos con cabezas de moscas deambulando por ciudades cambiadas; nos quitan el cinépolis, el Starbucks, la comida china, el Wal-mart, deja de haber internet, triúnfa Marx, ¿¡internet!?, aún peor (¿o quizás no?); un apocalipsis  cuya causa se desconoce con certeza.

El hecho es preguntarnos si cualquiera de ésas realidades puede ser mejor que la que vivimos hoy en día; La narrativa dicta, es más que obvio que las personas que se ven involucradas en esos guiones hollywoodenses siempre optan por regresar, regresar, regresar, al punto de dejar las cosas como antes estaban, o al menos lo más parecidas, por más mediocres que sus vidas hayan sido, a pesar de ello, e incluso se nos instruye a través de ésos poderosos medios que hay que cargar con la roca (haciendo referencia a sísifo) por la cúspide, aunque sepamos de alguna manera que la misma nos vencerá, que terminaremos por ceder, para después volver a continuar (en el cruento presente). Si tuviésemos la oportunidad de alterar el futuro ¿Qué haríamos?
Despertar un día sin piernas, o aún mejor quizás despertar un día con al menos 8 patas y una fuerza extraordinaria para hacerlo todo, aún así la cuestión sigue en pie; ¿Qué haríamos?

Enfermedad, viaje en el tiempo fallido y redención.

Si miramos bien, de algún modo no es tan descabellada la idea de los viajes en el tiempo por algo se ha teorizado sobre ello (aunque las teorías son para locos...) mientras nuestro ser deviene de manera continua (algunas veces percatándonos, otras sin hacerlo, siempre lo hace, el ser lleva prisa por seguir); esperamos por fechas; las bodas, los xv, graduaciones, año nuevo, eventos de alguna manera considerados relevantes en la vida, algunos de mayor complejidad y magnitud tales como la enfermedad. Usted lleva una vida ordinaria, y por ordinaria me refiero a mediocre, un buen día, o mejor dicho un mal día, el peor día de su vida le informan que tiene una grave enfermedad, usted súbitamente hará un viaje en el tiempo, querrá tiempo, necesitará tiempo para llevar a cabo todo aquello que postergó, las horas vacías en las que esperaba la recepción de la boda de su tía, pariente o amiga le serán imprescindibles, recordará a Martin Mc Fly (Back in the future), querrá una máquina como la del afamado Doc, a pesar de que los procedimientos para hacerla funcionar sean ilegales (plutonio), y usted sea la persona más apegada a la normativa del mundo. Llorará en silencio, o a grito tendido, llorará...

Pero no desespere, lo suyo no es grave, le informarán después de algunos días, porque la ciencia falla, razón por la cuál no se puede viajar en el tiempo más que en la memoria. Entonces después de algunos días y desazones recibirá un llamado relevante, un llamado de una persona totalmente externa a su situación, una persona que quizás lleva una vida más mediocre que la suya, después de usted haberse tornado histéric@, después de haber amenazado a ésa persona anónima que desconoce toda la situación, sólo entonces usted comprenderá el llamado que le ha salvado el pellejo, todo fue un error.

¡Eureka! Ha tenido la experiencia de su vida, le ha sido posible viajar en el tiempo, surgirán proyectos para los años venideros, mismos que abandonará apenas llegue el fin de semana o el fin de jornada laboral, pensará “qué cagada, pensar que moriría”… Por unos momentos tendrá la maquiavélica idea de demandar a los médicos o a la máquina que le diagnosticó, a la par pensará e incluso dirá; “qué carajo, tengo vida”, echará todos sus proyectos al basurero, entonces volverá a cargar su inmensa roca por ésa pronunciada cúspide a la cuál está perpetuamente anclad@.


Mientras yo seguiré de éste lado redactando y esperando, bebiendo de ésta cerveza caliente, esperando no a viajar en el tiempo, sino a que me salgan 8 patas y una fuerza inmensa, o al menos si esperanzado y de manera fehaciente  que el perro del vecino deje de defecar en el pórtico de mi casa...






martes, 7 de marzo de 2017

Breve ensayo de mañana

Nada más fatigante que la presión social, basta que ésta actúe sobre uno para que uno cambie de parecer e incluso de cambie su forma de pensar. Numerosos experimentos psicológicos han sido llevados a cabo a lo largo al menos de éste siglo  (que es el que ha mirado nacer con mayor esplendor ésta ciencia si así se le puede llamar; “psicología aplicada”) Uno de los experimentos más memorables es el que se llevó a cabo en el año de 1951 a cargo de Solomon Asch y que se denominó como conformidad social. Dicho experimento versaba sobre el uso de sujetos control y sujetos experimentales (al menos un sujeto experimental) a continuación se les mostraba una serie  de imágenes de longitudes diferentes de líneas, algunas más largas que otras, la tarea de los investigadores y los sujetos control era llevarle a una encrucijada al sujeto experimental, dicha encrucijada consistía en hacerle dudar y en terminar con el juicio del sujeto, es decir optar por el conformismo con la mera finalidad quizás del sujeto de no crear problemática o polémica (aunque la razón para cada persona quizás es más profunda). Investigadores preguntaban uno por uno a los integrantes del grupo qué línea era más larga la A, o la B. Supongamos que fuera de experimentación, es decir en la vida real la línea A mide 20 cm, la Línea B 10 cm, en la primera vuelta todo normal, todo mundo contestaba que la línea A efectivamente era más larga, pero eventualmente la situación iba cambiando en particular para el sujeto de experimentación; ¿comenzaba a fallarle la percepción acaso? ¿por qué de súbito no era capaz de mirar lo que todos miraban en aquél grupo? De pronto las líneas más cortas parecían ser las más largas. Después de unos 3 intentos el sujeto de experimentación termina por ceder, comienza a mirar las cosas como los demás…

La realidad se construye socialmente, imaginemos haber nacido en medio oriente, o en oriente, o incluso en otro estado, nuestros patrones de comportamiento serían distintos, quizás nos lapidaríamos unos a los otros, cortaríamos las manos, etc… Pensemos en un entorno  como el anterior (el del experimento de Asch) que sólo deja lugar a la indefensión, lugares como el anterior son lugares comunes, que se llevan a cabo de manera cotidiana tanto en democracias como en dictaduras, no sólo en ámbitos controlados. Bien sabido es que durante la Alemania nazi se gestaron numerosos experimentos de ésta índole (“psicológica”), hoy los mismos están al servicio del mantenimiento del orden social, y se les puede apreciar en cualquier rubro que se encuentre al servicio del orden; medios de comunicación masivos (en especial los noticieros), escuelas, religiones, etc…


Hoy la frase de Marx sigue en pie; “no saben lo que hacen, pero lo hacen” las razones de cada quién serán distintas, algunas conscientes, otras inconscientes. Resulta por ello a menudo importante detenerse de súbito y pensar en si verdaderamente lo que decimos, o incluso lo que pensamos, deseamos es algo que deseamos por nosotros mismos o algo que nos han impuesto; un imperativo categórico que inconscientemente de alguna u otra forma hemos aceptado; “al lugar al que fueres hacer lo que vieres” o "just do it"...

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viernes, 24 de febrero de 2017

Jardín de Tiempo

Jardínes de tiempo
Han visto la miseria pasar de largo
Conforme entra y sale el sol,
Nuestros rostros bajos
Como nuestras ganas caen cual hojas secas de otoño,
Bajo miradas de niños atónitas que no quieren vivir nuestras
Industriales pesadillas.

Jardínes de tiempo
conforme pasas, nuestros espacios
y anhelos se acortan, así como nuestras oportunidades
de llegar airosos a la cúspide de la inexistente montaña,

En la lágrima y sonrisa de la novia yace su cruento destino
Y todo es inevitable…

Guardianes de lo absurdo
limpian tumbas desoladoras
para al siguiente día volver a empezar;
arrastrándonos vida, obligándonos
a ocuparlas en algún momento
mientras tus hipócritas jardínes
se siguen perpetuando acosta de nuestro maltrecho existir.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Canción

Pertenezco a una raza habituada, y más que habituada resignada a sólo ver pasar los sueños; apenas éstos se materializan en la mente se desvanecen sin posibilidad alguna de concretarse. ¿qué sueños son más importantes? ¿los míos, o los del tendero, o los del pequeño que juega y sueña a ser futbolista, astronauta?

Con el paso de los años la vida nos va colocando a todos donde mismo, a dónde quiera que miro veo personas que se han acostumbrado a soñar, pero a vivir sin esperanza, como quien sabe que morirá debajo de una guillotina, cuyas probabilidades de salvar el pellejo son nulas. El día de hoy apenas amanece corro las cortinas para no dejar entrar el sol, ya se escucha la algarabía en la calle, el tumulto en el tráfico, las personas que van cabizbajas, presurosas a servir al amo, esperando que algo mejore, pero las cosas solo pueden empeorar.

¿Es la felicidad relativa? Eso suelen decir las personas, algunos encuentran la clave en el querer, otros en el no querer, el deseo a final de cuentas es ineludible y ninguno de los términos anteriores me describen, sino quiero no hay felicidad, y si quiero tampoco. ¡Absurdo anatema!

No puedo dejar de sentir un inmenso pesar por todos aquellos quienes sufren, y aun así optan por sufrir, es decir continuar viviendo, porque ¿no es ésta (la vida) la extensión de toda sensación tanto positiva como negativa? Personas que pasan por tratamientos dolorosos e incluso vergonzosos albergando la vaga esperanza de mejorar, personas que acaban arruinadas tanto física, moral y económicamente a raíz también de ello, ¿para qué tanto esfuerzo?

¿No sería mejor acaso abrir los ojos un día y mirar lo único real?; la nada, pues después de todo todo ha de ir allí, y cuánto tiempo el dolor tomó de nuestras vidas, cuántas veces vimos pasar de largo nuestras metas, nuestros seres queridos, por qué el tiempo de las penas y el del suplicio ha de ser más largo que el de las más profundas alegrías (si es que existieron), todo el sufrimiento, todas los arduos logros concretados y por concretar, nuestros fracasos yéndose así sin más en un instante cuando la muerte acude a nuestro maltrecho recinto.

Si uno lo piensa bien existir, es decir perpetuarse en el tiempo (devenir) por ley no le hace a uno nunca el mismo, la misma entidad; una de las cosas que resultan más fascinantes es tomar paseos largos a pie, sin embargo resulta difícil pasar o andar por caminos ya recorridos con anterioridad, todo camino evoca a un tiempo pasado, a una imagen de aquél que se fue ayer, antier, hace un año, hace un lustro. De ésta forma uno va pereciendo a diario o como lo diría Heráclito; es imposible bañarse dos veces en el mismo río. …Y mientras el tiempo pasa los caminos se acortan, se hacen más limitados, imposibilitándonos de ése modo seguir andando, cuando no podemos seguir andando no nos queda más que el recuerdo, y la nostalgia de aquellos que fuimos, pues para desgracia nuestro tiempo es finito.


¿Qué estrepitosos caudales nos ahogarán de nueva cuenta en el tedio?

(¿Y la canción?... Por que sí nomás...)

martes, 31 de enero de 2017

Como una gota de agua.

Resultado de imagen para una gota de agua

Una gota de agua nunca es igual a otra gota de agua ni una mesa a otra mesa lo esencial subyace siempre en encontrar la diferencia he ahí la cuestión, aquellas palabras que repetía Martínez a cada momento nunca las olvidaré, sobre todo por el trágico suceso que a continuación se narrará.

Los días en la academia siempre fueron más bien ordinarios, de lunes a viernes habría que acudir y cubrir 45 horas en la formación de nuevos elementos policiales, los días eran siempre iguales, acudir de manera puntual, pasar lista, hacer las bromas rutinarias para romper el hielo con los y las jóvenes y arrogantes cadetes, el café y las pláticas con Martínez a la hora del desayuno donde de pronto divagaba sobre cuestiones de índole metafísico tales como el tiempo, la muerte, la eternidad, etc…

Como una enfermedad aquellas conversaciones de Martínez lejos de quedar en el olvido tal y como yo esperaba que fueran, se fueron atenuando, al punto de incapacitarlo. En un inicio aquello sólo se presentaba como charla de café al inicio de cada ciclo, pensaba yo era debido a la nostalgia, pero la temática se tornó periódica e incluso incapacitante con el paso del tiempo.

Piénsalo bien D. nunca nada es igual, me decía cada que lo miraba
Y ¿cómo sabes que yo soy el de ayer?
Porque lo sé D, porque lo sé, respondía de manera misteriosa.

A pesar de las recomendaciones de excompañeros e incluso de su misma mujer María para que ya no le viera seguí frecuentándolo con la vaga esperanza de que el mal que albergaba a Martínez finalmente cediera. Las últimas charlas que mantuvimos en visitas a su casa se tornaron para mí cada vez más enigmáticas e incluso escazas; Martínez en medio de una atmósfera pesada en su oscura habitación siempre frente al televisor ensimismado.
V
a de mal en peor decía su esposa cada vez que le miraba, de repente sentí que aquél ambiente comenzaba a enfermarme, comenzaba a creer firmemente en las palabras de Martínez.

Un episodio psicótico fue según el peritaje psiquiátrico lo que llevó a Martínez a la muerte, cuando suceden cosas así no se brindan detalles, pero yo sabía ,tenía la certeza de cómo Martínez había muerto, se había lanzado por la ventana de su habitación en la segunda planta justo en la madrugada atinando al cerco con vallas de manera precisa en la cabeza, aquello le produjo un corte sagital en el cerebro que a su vez le produjo primeramente sólo muerte cerebral, y posteriormente muerte total por así decirlo.


Los días en la academia continuaron normales, no puedo negar que extrañaba las visitas a casa de Martínez terminando la jornada, aunque más que pláticas tuviesen aspecto de cátedra impartida por alguna especie de loco. Fueron ordinarios los días hasta que me volví detallista súbitamente me percaté que con el paso de los días algo cambiaba en mi mujer, y en todas las personas a quien conocía, de repente tenía ésa extraña sensación de que mi mujer no era mi mujer, de que el cerco no era el cerco, y de que una gota de agua no era una gota de agua, nunca dije nada si no es por la presente carta, pero ahora que estoy al borde del balcón en el octavo piso del hotel G. lo confieso, Martínez tenía razón, como última petición a quien encuentre esto le pido indague sobre las razones y piense en aquello que nos llevó al abismo. Yo mientras caeré en el infinito como Martínez, como una gota de agua, no una sino indefinidas veces, y cada una de ellas será como todo lo que es parecido; diferente.