La vida cada vez estará más
culera
Provengo de una familia clase
media baja, desde temprana hora no se hicieron esperar los problemas que
acarrea la vida.
Mi padre trabajó en un almacén de
tiempo completo, más de 18 años en una misma empresa, siempre procurando darnos
la mejor vida posible, mi madre, dedicada en todo momento 100% al hogar.
Hasta 1997 había sido el menor de
los hermanos, entonces nació ella, mi hermana. Dicho acontecimiento no me
afectó en lo absoluto, caso contrario a lo que creían las tías intrigosas, pero
mi carácter fue siempre más débil, uraño sumiso.
Crecí bajo los argumentos del
cristianismo como dogma; hay que doblegarse y poner la otra mejilla para
alcanzar la divinidad, y eso prácticamente lo hice por alrededor de 15 años. No
me trajo esa mierda más que culpa y deseo de no desear nada, ni sentir
felicidad.
El Bullying
Me apena el solo, enunciarlo, porque en mis tiempos no existía,
peleabas, y ya, eso era, no éramos más ni menos salvajes de lo que ahora somos.
Pero un par de recuerdos preciso acerca
del tópico tengo, aquel en el que mi víctima resultó más hábil de lo que
esperaba y me rompió la geta, y aquella otra en la cuál fui victima y le tiré
una bici encima a aquél cabrón.
Depresión
La inacción y la falta de sentido
la atrajo, hoy no creo en nada, en ese tiempo tampoco, pero hoy comprendo que
la vida y sus cosas son así; culeras. No importa la religión, ni nacionalidad,
hay que tener cojones para enfrentarlas, o desde un inicio no hacerlo, la
muerte espera al final del camino.
El Punto
El punto es que no hay que
doblegarse, la vida es adversa y lo será, hay que erguirse y aceptar el ultimátum
frente a frente con dignidad, al igual
que aceptamos el paso del tiempo frente al televisor o los placeres.