sábado, 17 de febrero de 2024

Un tiro certero

 

Al borde de la locura, ese era mi estado de ánimo señor juez, pues no encontraba un par que se decidiera ir a trabajar. Los unos rotos, los otros de seda y para acabarla divorciados, deseosos de acudir no a una labor rudimentaria, sino a una reunión de la que ustedes consideran “alto prestigio”.

No soy flojo, que quede claro ante nuestro señor jesuscristo, y ante usted señor juez, a pesar de las desavenencias decidí irme a trabajar así a “rais”, “sin gorro”, sin calcetines señor, así mero me fui a la obra y aguanté, juro por dios que aguanté lo que pude, hasta que mis pies comenzaron a sangrar a raíz de las rozaduras producidas por la fricción de la piel con el duro calzado de trabajo.

Entonces allí le miré, con paso ágil y presuroso, sorteando sobre aquellos mocasines lo accidentado del suelo, nuestro suelo, encontré a uno de los suyos, un funcionario acá peopleisnice, o pipirisnais como usted seguramente lo entenderá mejor…

Resumo para no aletargarlos.

Días antes cortaba con mi machete troncos del grosor de alrededor de 10 pulgadas en menos de 5 segundos. En ese instante era un tiro certero para mí, tendría nuevos calcetines al cortar así sin más las extremidades de aquel funcionario.

Y ahora estoy acá, a merced de usted, del jurado, pero feliz de tener finalmente mis pies cobijados.

El clima es frío…

martes, 6 de febrero de 2024

Las cosas vanas

 

A menudo el mejor bálsamo contra la desesperación es lo cotidiano. Llegar a casa con el alma rota, y solo encender el televisor, darle oportunidad al zapping y mirar la cosa más vulgar y desprovista de toda materia filosófica o sentido.

Hay un gran alivio en el contemplar las cosas vanas de la vida, como destapar una tras otra caguama y sin saberlo pensar cómo el tiempo se queda sin su contenido; esos valiosos minutos que perdemos viendo el televisor mientras la tia juana prepara cualquier alimento en una tarde de febrero, sin saber ni preocuparse que jamás en un futuro los recuperaremos. Heidegger, Heráclito pueden seguir esperando en el viejo y empolvado estante junto al solitario souvenir de Mickey mouse

Entonces éste (el futuro) tan lejano que nos parecía llega, se aproxima, como un golpe inesperado, devastador preguntando si pusimos atención a aquél platillo que vimos momentos antes,  años antes cocinarse en el presagio de alguna fulana primavera.

Jamás de nuevo estaremos ni seremos como somos, pero las cosas vanas de la vida, siempre permanecerán allí para días como éstos.