sábado, 28 de abril de 2018

Abril 2


De nueva cuenta escuchándolo todo, me gustaría que todo pasara como caudales, acordes sonoros que lenta, pero apaciblemente se van disipando, con un estruendo al inicio diáfano, pero a-posteriori con una quietud y prolongación inquebrantable, mientras el río de eternidad continúa…



jueves, 26 de abril de 2018

Abril


He intentado ver de nueva cuenta el sol, pero como una nube que lejana y lentamente se conforma para después de los días venir a cubrirlo, a nublarlo todo, así se va formando mi ya tan familiar melancolía. Días de vicio, vacío e inútiles en los cuales tengo como única certeza la negación, la nada, se han tornado norma. Días que son como una enfermedad de la cual uno tiene a medio término la seguridad de que sea esporádica, pero cabiendo la posibilidad de que en el fondo, muy en el fondo uno dicha condición sea condición perpetua.

Los días caen con rapidez del calendario uno a uno, justo como mis esperanzas de que alguna vez algo mejore, caen de mi mente por los lúgubres peldaños de mi existencia. En mi exterior no puedo ver luz, no puedo mirar el color que la vida arroja, veo lejana mi mirada de las cosas, ensimismada dándole vueltas a un pensamiento que se ha tornado imposible, tan imposible como creer que un tren se detendrá súbitamente en menos de un segundo si es que viaja a más de 100 kilómetros por hora.

Cada vez leo menos y escribo peor, cada vez hablo menos, y escucho mucho más de lo que desearía, observo personas andar por las oficinas y por las calles, y de pronto súbitamente me gustaría ser otro yo, o al menos un yo, otro yo que no le diera tanta vueltas a un pensamiento inútil que trata de cosechar buenos frutos sabiendo que siembra en tierras yermas.

Hablar del futuro me aterra, pensar el futuro me produce insomnio, sin embargo me es inevitable; me he convertido lentamente en algo que un yo más joven despreciaría, y la tendencia quizás dentro de unos años, como una curva de Gauss quizá sea la misma; el progresivo desprecio de mí, hacia mí mismo, y el deseo continuo de ser otro.

Toda música me parece lineal, toda música me parece ser la misma, y no es más que eso; nota tras nota acumulada, entropía inútil como el hecho de haber nacido, justo como otro día en el que entra y sale el sol, justo como otro día en el que pasan las horas y la vida por efecto se agota. Todo es inerte, toda vida está plagada de muerte.

¿Qué vendrá después?



sábado, 21 de abril de 2018

El Jardín de las Delicias (El sueño de Otro)


Sonaba el despertador temprano por la mañana, no escuchó el primer ronquido que emitió el teléfono, sin embargo J dejaba programadas de manera consecutivas alrededor de 6 con un lapso de un minuto entre sí, así tenía un interludio de 6 entrecortados minutos más para dormir. Lo primero que hizo al despertar de manera completa fue ver la nada, la habitación estaba por completo a oscuras, levantó el tronco noventa grados, y tomó el teléfono, 05:30 hrs, miró.

Procedió a apagar la alarma y a levantarse un poco desorientado debido a la dejadez que siempre otorga el profundo sueño cuando uno quiere despertar.

Se encaminó hacia el espejo, porque es necesario siempre mirarse para saber que uno sigue ahí, pensaba J.

Tomó el cepillo de dientes, depositó dentífrico sobre el mismo, para posteriormente pasarlo como siempre hacía al menos unas 4 veces al día sobre sus dientes.

La madrugada parecía más calma, ni siquiera los grillos lanzaban su tenue alarido.

Cansado J depositó su trasero sobre el retrete, le quedaban aún otros 20 minutos, para finalmente salir del hogar, y emprender el camino cotidiano. Tomó de manera aleatoria una revista, del cumulo de viejas revistas que yacían sobre la repisa del W.C.

La primera de ellas fue dejada sobre la repisa de inmediato, su contenido era mediático, versaba sobre la farándula actual, repentinamente tuvo un ligero asco ligero de no ser por las impresiones cuyo contenido eran parciales desnudos de las actrices de moda.

Tomó de nueva cuenta otra, el contenido de dicha revista parecía más interesante; estaba redactada en un idioma por completo incomprensible para J...

Miró en dicha publicación primero una impresión a doble página, en dicha impresión yacía una pintura que con facilidad pudo identificar;

"El Jardín de las delicias" de Hieronymus Bosch

Después de estar observando por más de 2 minutos meramente el panel derecho de dicha obra, J pensó por unos momentos en recortar la doble impresión y enmarcarla. Miró el reloj, quedaba menos tiempo para salir de casa. Dio vuelta a la página de la revista y de ella se descolgó una página en blanco con la siguiente inscripción en el único idioma que pudo reconocer; “This is your life, and your life is the dream of another one…”

Aunque le pareció raro, no le dio importancia, introdujo de nueva cuenta la hoja en la revista, se desvistió de manera apresurada y se introdujo en la regadera.

Mientras el agua descendía lentamente por su cuerpo, J no pudo dejar de pensar en la sección derecha del Jardín de las Delicias del Bosco, a la par que como canción le venía a la mente aquella frase leída momentos antes en una hoja en blanco; “This is your life, and your life is the dream of another one…”

Salió de la regadera, y procedió a vestirse, no tomó esta vez de la alacena ninguna fruta, porque se hacía tarde, introdujo la llave en su puerta para abrirla…

Una vez abierta lo vislumbró todo;

Personas decapitándose, disfrutando con ello, ríos de sangre corriendo por las calles, vio la enfermedad, la hacinación, la peste la agonía, la vuelta de la guillotina a nuestros tiempos, y la inquisición, vio el panel derecho de la pintura del bosco en el umbral de su puerta, miró lapidaciones, desollaciones atroces de las cuales era víctima y a la vez verdugo, miró el retorno del capitalismo también conocido como “neoesclavismo”…

Entonces K despertó en un mar de sudor.

Finalmente fue consciente de que alguien más lo estaba soñando.


(Panel derecho de "El Jardín de las Delicias")

domingo, 15 de abril de 2018

Últimas Frases de Algunos Célebres Escritores Antes de Morir...

Enigmática, lejana, ajena, cuando ocurre pasa eso, no más...

En la lista faltarán muchísimos más cuyas últimas palabras hubiese sido memorable dejar grabadas para la posteridad; ejemplo de ello es Hemingway volándose la tapa de los sesos después de un prolongado periodo de melancolía. Interesante resultaría también haber conocido qué pasaba por la cabeza de Virginia Woolf justo antes de sumergir su existencia en el rio Ouses.

Sin embargo, la muerte para muchos afortunados llega de manera súbita, para otros desafortunados, casi malditos ya desde lejos la vislumbran, unos optan por adelantarse, otros se debaten por no pasar el umbral. Éstos cuando finalmente ceden, cuando pasan por ése desconocido arista dejan algunas palabras, que se llegaría a pensar por la magnitud de su contenido, podrían llegar a resumir su obra, su vida.

He aquí algunas frases célebres obtenidas mientras navegaba por la red, quise añadir la del poeta de los poetas (Rimbaud) dedicada a su hermana antes de morir después de una prolongada agonía como número onceavo y especial. He reseñado las frases de aquellos que me son más agradables.



1-. Franz Kafka

“¡Mátame o de lo contrario serás un asesino!”

Últimas palabras de Franz Kafka después de un prolongado periodo de agonía causada por tuberculosis. El escritor checo pereció un 3 de junio de 1924 en Kierling, Klosterneuburg, ciudad del imperio Austriaco.



2-. Vicente Huidobro

 “¡Cara de poto!”

Esas fueron las últimas palabras del poeta chileno al regresar a un periodo de lucidez, después de un largo lapso de agonía. Dentro del lenguaje popular dicha frase tiene una connotación símil al hecho de articular ¡cara de culo!



3-. Karl Marx

 “¡Vamos, fuera! ¡Las últimas palabras son para estúpidos que no han dicho lo suficiente mientras vivían!”

Fiel hasta la muerte a su ideología, se especula puede haberle parecido hasta cierto punto burgués el hecho de articular algún discursillo retórico a última hora.

Esto fue lo que le contestó filósofo y escritor de El capital a su criada cuando le preguntó en su lecho de muerte si tenía algunas últimas palabras que compartir.



4-. Dylan Thomas

“Me he tomado 18 whiskies. ¡Creo que es mi récord!”

No hay explicación para dicho autor irlandés, tajante, dijo lo que tuvo; orgulloso bebedor hasta el final, murió de una neumonía mezclada con problemas hepáticos.


5-. Aldous Huxley

“LSD: 100 microgramos intramusculares”

Nacido el 26 de Julio de 1894 en Godalming, Reino Unido. Ensayista, filósofo subversivo, a raíz de leer los estudios sobre la síntesis del germen de trigo llevada a cabo años antes por el Doctor Albert Hoffman sintetizador primigenio del Dietilamida de Ácido Lisérgico (LSD), se interesó por otros mundos posibles, llegó a plasmar ensayos sobre el actuar de dicha sustancia sobre la percepción; “The doors of perception” que toma el nombre de un breve poema de William Blake; The doors of perception, “If the doors of perception were cleansed, everything will apear us at is is, infinite..." 

Su influencia fue bastante popular en los años 60´s en la cultura hippie estadounidense, incluso tuvo cierto agrado por la efervescencia del movimiento estudiantil en México, numerósos filósofos, antropólogos, sociólogos araíz de la lectura de sus ensayos, en un mundo a punto de dividirse, se decantaron por lo alternativo; el conocimiento la Tribu Yaqui y sus costumbres, entre ellas el uso del cactus sagrado en sus rituales....

Dicho autor muere de manera asistida un 22 de Noviembre de 1963 en Los Angeles, California. Plagado de dosis de Dietilamida de ácido lisérgico, luego de una prolongada batalla contra el cáncer, sus últimas palabras fueron justo la dosis que tomó; “LSD: 100 microgramos intramusculares”

Obras populares; Un mundo feliz (a brave new world, 1932), Vuelta a un mundo feliz (Brave New World Revisited)


6-. León Tolstói

“Incluso en el valle de las sombras de la muerte, dos y dos no son seis”



7-. Sócrates

“Critón, le debemos un gallo a Asclepio. No te olvides de pagárselo”



8-. Honoré de Balzac

“Ocho horas con fiebre… ¡me habría dado tiempo a escribir un libro!”



9-.Anton Chéjov

“Hace mucho que no tomo champán”




10-. Lewis Carroll

“Quítame esta almohada, ya no la necesito”



11-. Arthur Rimbaud

“Mientras yo esté allí 3 metros bajo tierra, tú conforme el paso de las estaciones allá arriba estarás danzando”

Esas fueron las últimas palabras del poeta visionario a su hermana Isabelle Rimbaud, después de una larga agonía ocasionada por un cáncer de rodilla que finalmente le traería la muerte un 10 de noviembre de 1891, en la ciudad de Marsella, Francia a la corta edad de 36 años. 

A temprana edad (17 años) Rimbaud escribió su obra magna; “Una temporada en el infierno”, en ella dejaba entrever su opinión respecto a todo; la burguesía imperante en su siglo, las buenas prácticas de la poesía, las instituciones, y de hecho su desdén por la convención, y sus orígenes galos. Reconocido en su medio como un prodigio, abandona su tierra y sus letras para ir a Marruecos y dar un giro abrupto; desempeñarse como traficante de armas. 

Tras una larga estadía en África regresa enfermo a su natal Francia, para morir en brazos de su amada hermana Isabelle.

A continuación una frase de Rimbaud fuera del lecho de muerte, pero que la evoca a la perfección;

“¡La hemos vuelto a hallar! ¿Qué? La Eternidad.... Es la mar mezclada con el sol…”