Sonaba el despertador
temprano por la mañana, no escuchó el primer ronquido que emitió el teléfono,
sin embargo J dejaba programadas de manera consecutivas alrededor de 6 con un
lapso de un minuto entre sí, así tenía un interludio de 6 entrecortados minutos
más para dormir. Lo primero que hizo al despertar de manera completa fue ver la
nada, la habitación estaba por completo a oscuras, levantó el tronco noventa
grados, y tomó el teléfono, 05:30 hrs, miró.
Procedió a apagar la alarma
y a levantarse un poco desorientado debido a la dejadez que siempre otorga el profundo
sueño cuando uno quiere despertar.
Se encaminó hacia el espejo,
porque es necesario siempre mirarse para saber que uno sigue ahí, pensaba J.
Tomó el cepillo de dientes,
depositó dentífrico sobre el mismo, para posteriormente pasarlo como siempre
hacía al menos unas 4 veces al día sobre sus dientes.
La madrugada parecía más
calma, ni siquiera los grillos lanzaban su tenue alarido.
Cansado J depositó su
trasero sobre el retrete, le quedaban aún otros 20 minutos, para finalmente
salir del hogar, y emprender el camino cotidiano. Tomó de manera aleatoria una
revista, del cumulo de viejas revistas que yacían sobre la repisa del W.C.
La primera de ellas fue
dejada sobre la repisa de inmediato, su contenido era mediático, versaba sobre la
farándula actual, repentinamente tuvo un ligero asco ligero de no ser por las
impresiones cuyo contenido eran parciales desnudos de las actrices de moda.
Tomó de nueva cuenta otra,
el contenido de dicha revista parecía más interesante; estaba redactada en un
idioma por completo incomprensible para J...
Miró en dicha publicación
primero una impresión a doble página, en dicha impresión yacía una pintura que
con facilidad pudo identificar;
"El Jardín de las delicias" de Hieronymus Bosch
Después de estar observando
por más de 2 minutos meramente el panel derecho de dicha obra, J pensó por unos
momentos en recortar la doble impresión y enmarcarla. Miró el reloj, quedaba
menos tiempo para salir de casa. Dio vuelta a la página de la revista y de ella
se descolgó una página en blanco con la siguiente inscripción en el único idioma
que pudo reconocer; “This is your life,
and your life is the dream of another one…”
Aunque le pareció raro, no
le dio importancia, introdujo de nueva cuenta la hoja en la revista, se
desvistió de manera apresurada y se introdujo en la regadera.
Mientras el agua descendía
lentamente por su cuerpo, J no pudo dejar de pensar en la sección derecha del
Jardín de las Delicias del Bosco, a la par que como canción le venía a la mente
aquella frase leída momentos antes en una hoja en blanco; “This is your life, and your life is the dream of another one…”
Salió de la regadera, y
procedió a vestirse, no tomó esta vez de la alacena ninguna fruta, porque se
hacía tarde, introdujo la llave en su puerta para abrirla…
Una vez abierta lo vislumbró todo;
Personas decapitándose,
disfrutando con ello, ríos de sangre corriendo por las calles, vio la
enfermedad, la hacinación, la peste la agonía, la vuelta de la guillotina a
nuestros tiempos, y la inquisición, vio el panel derecho de la pintura del
bosco en el umbral de su puerta, miró lapidaciones, desollaciones atroces de las
cuales era víctima y a la vez verdugo, miró el retorno del capitalismo también conocido
como “neoesclavismo”…
Entonces K despertó en un
mar de sudor.
Finalmente fue consciente de
que alguien más lo estaba soñando.
(Panel derecho de "El Jardín de las Delicias")
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