¡Oh!,
ha sido un camino muy largo, y corto a la vez, un océano repleto de pequeñas
ambivalencias de pequeños buenos y malos momentos, pero siempre eso sí tratando
de embellecer la vida. Súbitamente me he percatado que comencé encontrarle
significado a la misma justamente cuando he dejado de buscarlo, tal vez porque
al final no haya nada que encontrar, y siempre se trate a final de cuentas de
pérdida, ó de ese sentimiento de incompletud, de vacío, ó por el contrario de
completud que encontramos al llegar a casa después de una jornada, y de un
hastío aplastante en medio de gentes que sin conocer resultan odiosas,
ominosas, aunque lo sé, lo sé yo que soy uno entre ellos, soy uno del montón y
quizás soy igual de aberrante para alguien más.
Sacando
las cuentas en total, se trata de ir navegando en la corriente, lo ideal sería
aventurarse contra corriente, si fuera el caso que valiera la pena el
sacrificio pero la situación no lo merece. He dicho navegar en la corriente,
pero no dejarse arrastrar por esta, ni por su multitud.
La
vida es demasiado compleja, no me gusta quizás hasta la odio, me parece una
languidecida guerra sin cuartel ni trincheras con la única opción de vivir ó
vivir y a final de cuentas salir jodido. ¿cuántas veces nos quedamos a la mitad
del camino? Cuántas veces, cuántos años bastarán para soportar la pérdida de
alguien más, de todos aquellos que nos dejaron, de todos aquellos, que vienen,
y sin embargo todos vamos y venimos de donde mismo, no importa la situación se
pueden tomar atajos a dicho destino, al fin y al cabo nos veremos ahí cuando
nos percatemos que hemos vislumbrado el último ocaso, cuando seamos conscientes
de que finalmente hemos eclipsado, que esos indómitos caminos finalmente han
cesado para nosotros.
A mi
corta edad como un alquimista me he dado cuenta de multitud de cosas, ó quizás
sólo las he recreado como la certidumbre de que me faltarán años para conocer
todas las cosas que este mundo almacena, ciertamente en esta etapa de la vida
odio más cosas de las que amo, mi fé se ha perdido, la he dejado bien guardada
en algún recóndito lugar, algún maltrecho cofre y he perdido la llave, me pongo
a pensar un mí, en un yo anterior y
hasta lo aborrezco, pensar que incluso yo fui uno de ellos, uno de la corriente,
uno de la multitud, de los que iban por la vida, ó van por la vida de manera
histriónica, y alegórica con la venda de la patética cultura que nos envuelve,
los medios de comunicación, sistemas políticos, en fin la realidad que
desgraciadamente nos conforma, nos cobija con su mediocre calor.
Lo
siento, pero no puedo dar un vistazo de 360 grados sin ver no más que animales,
creo desde mi muy humilde opinión que el concepto de “ser humano” está
sobrevalorado, sea para bien ó para mal, y no mentiré al decir que todos nos
sentimos más humanos que el otro, que sacámos mejores opiniones que los demás,
que emitimos juicios que serían galardonados por los mismísimos sabios dioses… que
todas las personas sirven de algo, eso sí, algunos como carne de cañón, otros
para que se lleven la basura, en fin… sólo que hay quienes no sirven para nada,
y solo fungen una función como obstáculo, son agentes mediadores entre el
animal humano y la mediocridad, en fin obstáculos para el engrandecimiento y la
exaltación del hombre, y el logro de sus objetivos
Creo
que toda actividad que se hace día a día, y para que sea humana debe llevar algo,
ó mucho de reflexión, el hecho de estudiar, el hecho de sacar la basura, ó ser
explotado en alguna “empresucha” trasnacional, toda actividad debería tender a
la revolución y al empeño por superarse a través del trabajo concientizado (no
esperar a que las cosas como pesadas gotas de agua caigan del cielo),
refiriéndome al cambio, para remover a los pocos primates que manipulan de mala
manera el país, el sistema económico-democrático, y a toda la bola de parásitos
sociales que no hacen más que seguir alimentando más a dicho sistema, por
ejemplo “los agachones” el trabajador ordinario que se somete al pagar
impuesto, que trabaja horas extras para no ver su salario tan miserable, que
llega a su casa y lo primero que hace es prender su televisor, dormir y volver
vacío, a una rutina vacía…