Ojalá el tiempo
no pasara,
las horas una a
una se descorren
Y ésta frente
marchita, arrugada las resguarda.
El otoño de
nuevo, y el pánico de lo venidero;
Nuevas horas,
nuevos días
Atados perpetuamente
a este lastre
Llamado existir
En estos días postreros
el sol no ilumina
Encandila, !quema!
Y cualquier meta
es efímera
Espero desde el
despertar el ocaso,
Breve transcurre,
languidece…
El tumulto
comienza a aglutinarse en las calles
Y la nueva aurora
me parece una sentencia de muerte.