viernes, 8 de abril de 2016

Vacío de nuevo de extremo a extremo y algunos otros motivos

Estoy vacío de extremo a extremo y la sigiliosa muerte en pantuflas me sigue quitando el sueño, una cucaracha se ha aposentado justo en la pared que colinda con el extremo de la cama y ahí la dejo para que como ángel anónimo me cuide, aunque con la suerte que corro no dudo que ése Gregorio bata sus alas, llegue a lo más profundo de mi existir y me inyecte con el apacible veneno del tedio.

Estoy vacío aún después de las ocho tazas de café y la cajetilla diaria, me gusta el humo del cigarro pues se dialectiza con mi yo, una vez dentro y me va dejando poco a poco cada vez más vacío, ¿quién consume a quién?

No sé, en ocasiones pienso que la vida sería más fácil si las cosas fueran más fáciles, si uno pudiera vivir plenamente después de ser brutalmente atropellado, si como cola de lagarto después de un episodio abrupto las cosas se restauraran, pero todo desafortunadamente tiene una continuidad…


Soy malo con los videojuegos, precisamente por ello me gustan, son lugares en los cuales puedo ser malo, en fin puedo ser yo sin necesidad de temer. Pero desgraciadamente todo tiene una continuidad. Apago el súper mario, enciendo el televisor, y me percato que ha pasado el tiempo, ya existen juegos “bien acá, con cosas bien allá” levanto mi gordo trasero del puff, miro al espejo, veo un rostro gordo como el sol o la luna, esbozo de inmediato una sonrisa, pues después de todo me percato no estoy tan vacío…