Una maldición me sigue desde que
nací, no me aterra, me hace estoico ante las diversas situaciones que podamos
encontrar en la vida. A partir del año 53 jacques lacan introduce una tópica
que da estructura al sujeto; lo simbólico, lo real, y lo imaginario. Yo siempre
me he regido por lo real.
El hombre ante lo Real ha
encontrado diversas formas de curarse de ello; ¿de qué?, de la muerte:
Hay que construir, a través de
las obras intentar ser perpetuo, hay que seguir un orden (Lo simbólico), hay
que encontrar una forma de salvaguardarnos de lo Real ya sea a través de un yo
ideal (el orden), o un ideal del yo (las apariencias en redes)
En cambio yo, ahí donde hay
campos bellos, solo miro decadencia y corrupción en la naturaleza, el paso del
tiempo en las cosas que se suponen estéticamente hermosas.
En la belleza del cuerpo humano
Veo fluidos
Putrefacción,
La corrupción del día a día, la
pestilencia diaria
Para mí lo estético, lo bello es
la degradación, la vejez, la aceptación de que las cosas que viven perecerán,
la naturaleza muerta que ciclo tras ciclo se renueva; la peste aniquilando
miles de hombres en la edad media cuyas vidas no fueron diferentes a las
nuestras con ésta enfermedad de mierda (covid).
Belleza es la sublimación diaria,
es la cura heideggeriana, es el poder encontrar lo bello en el hacer del día a
día libre de toda concepción moral.