miércoles, 19 de diciembre de 2018

El Taciturno Semblante de la Mona Lisa

El taciturno semblante de la Mona Lisa no se debe a la yuxtaposición
de elementos pictóricos plañidos por la mano sagrada de Leonardo,

El taciturno semblante de la Mona Lisa es producto de una angustia perpetua capturada
en un mundo dentro de otro mundo que a menudo colapsa, y cuya única constante
es una obra
que
a cada momento
se
re
o
ri
gi
na
.
.
.

Su semblante es presagio de nuestra muerte, signo y testamento de los vestigios
que sobreviven al tiempo, y nos captura

Su semblante no es más que un ejercicio hermenéutico de mi estado anímico...

Viéndola bien, creo que sonríe...




domingo, 25 de noviembre de 2018

Afiche de Otoño


Hora tras hora como hojas va cayendo el tiempo de la vida, los momentos de las cosas gratas o no gratas difícilmente se pueden retener, incluso en la memoria van muriendo. Dos mil años caben en un instante perecen y renacen de súbito; ¿qué lugar ocupamos en todo? Si nuestras vidas a pesar de parecer complejas son solo una partícula subatómica que reside en otra partícula que a su vez intenta pasar por el ojo de la aguja de alguien más grande.
Todo crece y perece, a cada segundo las distancias y el tiempo se hacen más y más grandes, quedamos estancados en el recorrido, transitando perpetuamente vectores, sin llegar con precisión a ningún lugar.
Mientras más me intereso por las “cosas de la vida” que yo a ciencia cierta considero vanas, me percato de cuán ignorante soy.
La gloria, así como cada momento son efímeros e inútiles, quiero para mí una memoria atemporal; considerando que la conciencia determine a la existencia como decía Descartes. Quiero el tiempo sin horas, la lengua desprovista de todo significado, ver las cosas en su esencia tal cual son realmente: nada.
¿Por qué no volver a las cavernas?
(Si es que salimos de ahí en alguna ocasión…)




domingo, 23 de septiembre de 2018

La Evaluación


La desaparición de algunos afiches y escritos de sobremesa en el aula, con algunos de nuestros garabatos cuyo contenido era altisonante, fueron los primeros indicios de la serie de monstruosos acontecimientos que se avecinaban. Conforme pasaban los días la urbana 118 fue misteriosamente vaciándose dejando en todos nosotros un gran enigma.

A ciencia cierta de aquella época no podría declarar algo certero, sin embargo juro lo que a continuación narro, es totalmente verídico. Todo inició aquel nublado martes de Verano, justo 3 semanas después de que hubiesen iniciado las clases, uno a esa edad no sabe mucho, no sabe que al tomar algunos centímetros más, que al ser capaz de abordar el bus por cuenta propia y haber logrado tomar el posa manos finalmente, uno no sabe que cuando uno crezca todo será horrorífico, que no será necesario más acudir a la casa de los espantos para asustarse, pues las situaciones cotidianas por sí mismas lo harán, pero uno a esa edad es  un pibe y anda loco en los juegos y en los sueños, al punto de que quedarse tranquilo es prácticamente imposible, uno quiere conocer, y sobre todo vivir, vivir.

Recuerdo que presagiaba algo terrible justo cuando me ingresaron en soledad al aula para ser examinado por la señorita M. Ella determinaría mi grado de aptitud para poder cursar el nivel primario básico en aquél cruento instituto.

Una mirada estrábica y lúgubre se posó en la mía justo cuando apenas ingresaba en aquella solitaria aula.

“Siéntese joven”, me increpó.

Aquél lugar era oscuro, la atmósfera pesada, apenas se colaba  un tenue rayo de luz a través de las maltrechas cortinas de aquél salón. El lugar olía a hierbas, a azufre, tenía un humor bastante concentrado. Sobre la mesa de la vieja M. yacía una horripilante taza con la imagen y forma de baphomet. Aquello daba un aspecto más espeluznante a la evaluación.

Mis manos estaban a punto de deshacerse en sudor, aunque se portó amable en todo momento conmigo, sabía que ocultaba algo, muy en el fondo ocultaba algo…

Mis piernas no podían sostener un minuto más mi maltrecho y tembloroso cuerpo, obedecí, me senté en aquél pupitre incómodo de madera, que más que un mueble diseñado para el estudio, parecía un artilugio de tortura de la edad media.

 A partir de aquél momento, todo fue mal para mí, sin saber por qué, me sumí en un mar de lágrimas, en aquél instante lo único bueno de aquella habitación era el aroma del café azucarado que recién había preparado la señorita M, para pasar el tiempo mientras me evaluaba.

Todo el tiempo, durante el transcurso de aquella hora seguí sintiendo aquella mirada amenazadora sobre mí, pude sentir cómo mis lágrimas humedecían con el transcurso de los segundos las hojas de mi examen, de pronto todo lo que había en él comenzaba a extinguirse de manera progresiva.

Tiempo, dijo

Sentí un gran alivio al escuchar aquellas palabras, me levanté de súbito, pude notar al momento de precipitarme hacia el pórtico de salida, cómo mi pantalón iba haciéndose cada vez más pesado, producto de mi orina.

Al salir me sentí por completo aliviado, creí que no volvería a aquél lugar, y cabe señalar, hubiese sido mejor que así pasara…

A todos nos alistaron como militares el día de ingreso, tanto a chicas y chicos, todos enfilados, nuestra individualidad comenzaba a esfumarse, en dicho lugar todos seríamos iguales, e iríamos día tras día por un mismo objetivo que a ciencia cierta desconocíamos. Aquello era un verdadero campo de concentración, día tras día cada simbolismo aprendido acababa con una parte de nosotros, y nos iba introduciendo a una maquinaria desconocida pero real.

…El primero en ya no regresar fue Rodolfo, cuando se le ocurrió cuestionar, qué había detrás de los números y del órden, por qué uno más uno sería dos, y porque no tres, o por qué no abeja más perro nigeriano andaluz podría ser igual a mil ochocientos noventaicinco.

Fue mandado a dirección y de ahí nunca volvió.

El misterio no es solo la expulsión de Rodolfo del instituto, sino el hecho de haber desaparecido así sin más, sin dejar rastro de,  fue como si de súbito  hubiese dejado de existir, o hubiese pasado a otra dimensión. A las prácticas de soccer dejó de acudir, de repente era un anónimo para todos menos para sus camaradas quienes le conocíamos.

Lo raro fue cuando me dirigí finalmente a su hogar, con la finalidad de indagar directamente con su madre qué había sido de él.

La facción que dibujó su rostro al momento de yo hacer aquella pregunta fue de una diferencia atroz; no conozco a ningún Rodolfo, nunca lo he conocido, debe estar equivocado niño me dijo...

Ante mi insistencia amenazó con llamar a los policías, razón por la cual me ví obligado a ceder.

Al llegar a casa mis padres ya me esperaban bastante enojados. Las razones las desconocía, pronto me di cuenta que la madre del ausente Rodolfo los había telefoneado diciéndoles que había alterado la paz en su hogar.

Les platiqué lo sucedido, la desaparición espontánea y perpetua de nuestro amigo y compañero, después de ingresar a la dirección de la urbana 118 y no se lo creyeron, me juzgaron de loco, decidieron que tenía que ver a un psicólogo, pues nada de aquello estaba sucediendo, aunque yo tenía la certeza cartesiana de que sí.

Fue triste cómo el aula se fue vaciando cuando comenzaron a desaparecer con el paso del ciclo escolar más y más  compañeros de la misma enigmática forma, tras ser sorprendidos jugando…

 Decidí dejarlo todo…

Un halo de melancolía me embargó, dejé a mi familia, mis amigos antes me dejaron , renuncié a la enigmática sociedad, me abrí paso para intentar forjar otro mundo donde la ausencia y la violencia se tornasen términos enciclopédicos, vestigiales, términos encontrados en un mundo rudimentario  y viejo.
Comencé a vagar por las calles siendo un anónimo, sabiendo que no me buscan, y que no hago falta.

Hoy redacto éste informe no como una queja ni como un documento histórico, lo redacto simple y llanamente con la finalidad de que sociedades futuras sean testigos del terror que en alguna ocasión padecimos.



domingo, 19 de agosto de 2018

Fragmento de Novela aún no Publicada.


Ése es el doctor Schultz señaló con el índice

Raro apellido dije, 

Sí, es de origen alemán me comentó Gabriela. El doctor Schultz tiene una relación muy particular con Susana enunció con un poco de intriga.

¿Cómo? Pregunté

Susana era un paciente psicótico, sufría alucinaciones, delirios, verborrea y todo el cuadro que sufren los pacientes con ésa prognósis. El doctor Schultz intentó tomar el caso, dijo que probaría un nuevo método que había diseñado para curar la psicosis; nada de electroshocks, nada de medicamento, sólo terapia.

Es difícil como sabrás trabajar con éste tipo de pacientes ya que el nexo para comunicarse con ellos es prácticamente imposible, no hay un puente entre el neurótico y el psicótico que les permita llevar a cabo eso que se llama "empatía", o incluso "rapport".

Así que el doctor schultz entró a ser parte del delirio, de las alucinaciones de Susana, fue así como poco a poco fue comunicándose con ella. Susana fue progresando, cada vez se presentaban menos las alucinaciones, y los delirios hasta que en algún momento volvió a ver lo que parecía un cocodrilo en los jardines, los mismos jardines a los cuales en un momento te llevaré. En esos jardínes solían trabajar. Como método de inundación y confrontación directa schultz llevó a Susana a los jardínes para mostrarle que aquél cocodrilo no era real, que no era más que parte de su alucinación.

Susana iba temerosa detrás del doctor schultz, caminando con sigilo, cuando de pronto el doctor Schultz fue embestido por aquella bestia.

Trataron de rescatar su pierna, pero el cuerpo del doctor la rechazó. Susana no alucinaba, ¡aquél cocodrilo que miraba era cien por ciento real!- Nadie con certeza sabía de dónde había salido, ya que como verás es una zona seca, un caso verdaderamente excepcional.

A raíz de ello el doctor ha tenido una fama a nivel internacional, con frecuencia va a distintas universidades tanto de oriente como de occidente a dirigir conferencias, en ésos viajes siempre invita a Susana para ser parte del testimonio.

Eso nos lleva a pensar dijo seguidamente Gabriela que los grandes logros se llevan a cabo con sacrificio, por ejemplo el innovador método de Marie Curie con la radiación, misma que le provocó la muerte, por otro lado también nos lleva a preguntarnos si dichos descubrimientos valen la pena. Si me lo preguntas a mí no lo creo así me dijo, ya sé puedo sonar egoísta, pero ante todo siempre hay que preservar la vida.

Al escuchar aquello asentí, estaba totalmente de acuerdo con ella.

Y es así como el método del doctor Schultz sigue siendo hoy en día un método innovador y uno de los más eficaces para re-estructurar a los pacientes, aunque en ésta institución ya no se aplica más a raíz de lo sucedido.

Lo sé, parece una historia fantástica me dijo, sin embargo es real.

Entonces me tomó del brazo y seguimos caminando por los jardínes.

¿Estás segura  que no hay más cocodrilos por aquí? Pregunté

El caso hilarante es que nunca los ha habido, el doctor Schultz perdió la pierna en éstos jardines, pero nunca se encontró nada anormal. No te preocupes, en todo caso si saldriese alguno tendría que optar por devorarnos a ambos. Sonrió...

Jealous Guy

Hay un nexo inescrutable entre la literatura y la música...

martes, 14 de agosto de 2018

Tiempo...


¿No es al igual de ignominioso lo que hace
el agua que horada a la roca
A la labor respectiva del tiempo con uno?

(Heráclito tenía razón…)

Ser a cada instante y no poder permanecer intacto
Ni a las garras de cronos.

Entre un breve punto
Y otro
Yace el infinito
La historia completa de la humanidad,
Y lo que será de ella sin nosotros…

Puede ser que después de todo sea
Innecesario permanecer,
Pues mucho antes que refugiarnos
En el tedioso lecho de la muerte
Lo más seguro es que nos visite
la presurosa bruma de las horas
A cobrar factura…



Ausencia (Jorge Luis Broges)

Habré de levantar la vasta vida 
que aún ahora es tu espejo: 
cada mañana habré de reconstruirla. 
Desde que te alejaste, 
cuántos lugares se han tornado vanos 
y sin sentido, iguales 
a luces en el día. 
Tardes que fueron nicho de tu imagen, 
músicas en que siempre me aguardabas, 
palabras de aquel tiempo, 
yo tendré que quebrarlas con mis manos. 
¿En qué hondonada esconderé mi alma 
para que no vea tu ausencia 
que como un sol terrible, sin ocaso, 
brilla definitiva y despiadada? 
Tu ausencia me rodea 
como la cuerda a la garganta, 
el mar al que se hunde.


viernes, 3 de agosto de 2018

Untitled


H
ay fuerzas negativas que se yuxtaponen a mi existir,
Que conforman el reverso del paisaje que día a día esbozo,
Que como pigmentos lo tiñen, para encubrir el más mínimo defecto,
Pero…


Dentro de mí hay una cara
ajena para todos los que me rodean
que en mis momentos de lúgubre soledad me domina;

Siento lo que debe sentir el mar al mostrar solo la plenitud de la superficie,
ocultando el fondo de su coraza y lo que ella alberga:
oscuridad,
muerte,
devastación
en otras palabras ;
la vida misma…



sábado, 28 de julio de 2018

Nocturno...

"La muerte no llega con la vejez,
sino con el olvido..."


Durante los últimos días las cosas habíanse tornado extrañas, hacía ya hace un par de años que G. se había ido de mi vida, aun así,  dicho suceso lo recordaba a cada momento como  si fuese un acontecimiento reciente; el auto devastado, su cuerpo hecho trizas a media carretera, reducido a una masa uniforme tras el impacto con el tracto...

Después de su funeral tuve que comenzar a mentir, tuve que comenzar a mentirme para sentirme un poco mejor. Siempre he creído, aunque no es la mejor opción, que ante las circunstancias adversas  aparte de la postergación, el engaño es el mejor antídoto. Me había empeñado en ser una especie de mago, un prestidigitador que hace creer a la gente cosas que no existen, poco a poco una penumbra inexistente comenzó a invadirme, y toda conexión con lo considerado real de súbito se cortó.

Dejé de atender los llamados telefónicos de amigos y de mis mismos padres, comencé a esconderme ante las visitas, apenas miraba una silueta rondando a las afueras de mi hogar, me tiraba rápido a la cama, como si eso pudiese ocultarme de algo o alguien.

De mi trabajo fue fácil librarme, si bien mis relaciones con mis compañeros no eran las mejores, tampoco eran las peores, bastó el pretexto de que dejaría el trabajo a raíz de algunos proyectos personales que en pie tenía, ante ello el jefe Gómez insistió en hacerme una mejor oferta, pero fue en vano, al percatarse de que aquello no era económico me dijo con sabiduría; “algunas veces solo tienes que dejar ir, no dejes que el pasado te consuma”… No se habló más del tema...

Ya estando en casa comencé a entregarme al mundo de los sueños, mi vida comenzó a tornarse la vida de un asceta urbano e involuntario; primero vino el corte  del agua, posteriormente el de la luz y todos los demás servicios. Comencé a dar largos y prolongados paseos, comencé a dar rondas por los lugares que solía frecuentar con G, con la imposible esperanza de quizás mirarle rondar por alguno de aquellos sitios.

Durante las noches el insomnio se me presentaba, cuando por fin lograba conciliar el sueño, el sol comenzaba a plañir, entraba a la oscura habitación a través de las rendijas de la persiana para parcialmente iluminarlo todo.

Fue así como comencé a soñarla ya entrado el día, fue así como aquél sueño comenzó a obsesionarme; la miraba a 10 metros delante de mí, la miraba a través de una prolongada alameda, a cada paso que daba, se me hacía totalmente imposible darle alcance, cuando finalmente estaba a punto de llegar hasta ella, de súbito, simplemente desaparecía. 

Aquél tema me mantuvo ocupado algunos meses. Comencé a hacerme experto en el tópico, comencé a frecuentar librerías, tiendas, artículos, e incluso neuro-psicólogos, para conocer más acerca del sueño, y conocer la posibilidad de ser capaz de controlarlos;

Emprendí una empresa en vano que no dio fruto, ¡fui presa de mi propia obsesión!

De nueva cuenta llegó invierno, con el inicio de año pretendí de nueva cuenta re-tomar mi vida, fui al viejo baúl con la finalidad de tomar el dinero que tras años había acumulado, y no había nada. Aquello me dejó anonadado, durante algunos segundos. Tuve que salir de casa para pedir apoyo, y dar cuenta al mundo que yo aún existía.

Emprendí camino hacia un teléfono público, deposité en el mismo algunas monedas que yacían en mi bolsillo, marqué el número de casa, pero nadie atendía. Después de marcar unas siete veces a casa, intenté contactar con mi ex Jefe Gómez, y nada.

Con súbito enojo colgué, y comencé a caminar. Después de un par de horas de andar rondando por las calles sin rumbo fijo, decidí que me encaminaría a casa de mis padres, asumiendo de antemano que aquello podría resultar una total catástrofe, ya que hacía poco más de un año que no tenía contacto absoluto con ellos.

Fue entonces mientras caminaba rumbo a casa de mis padres cuando pasé por aquél lugar, ¡ahí la miré sentada!, tenía que estar equivocado; 

¡era G!...

Me deposité detrás de un buzón para mirarle mejor, y que no me viese, aunque quizás le hubiese resultado imposible reconocerme por mi descuidado aspecto, miré sigilosamente, y en efecto era ella. Traté de acercarme con júbilo, le toqué el hombro, su sonrisa era tan perfecta, era su sonrisa, volteó para echar un distraído vistazo, pero nada

¡Hey! Articulé, me acerqué con sigilo traté de tirarle del cabello, pero no surtió efecto nada de aquello...

Salí bastante molesto de aquél lugar, ¿qué estaba pasando? Me preguntaba de manera iracunda y frenética, quizás era víctima de mi propio sueño, sí, debía ser eso, todo debía ser solo una pesadilla, comencé a correr hasta la casa de mis padres, al llegar todo estaba como cuando yo aún habitaba en dicho lugar.

Abrí la puerta con estrépito;

¡Padre! Articulé, tampoco hubo respuesta por parte de él.

Traté de tomar la cerveza que tenía sobre la pequeña mesa, y nada, mi mano le daba alcance al tarro, pero no me era posible tomarlo, traté de apagar el televisor para que se percatara de mi presencia, y nada, todo fue en vano.

Entonces llamó mi atención una pequeña placa póstuma que había justo a un lado del estéreo, dicha placa tenía mi nombre, debía haber un error, quizás era un diploma, pero a ciencia cierta yo no recordaba haber obtenido un solo reconocimiento a lo largo de mi vida. 

Me acerqué para tener una mejor perspectiva; En efecto, era mi placa póstuma, tenía mi nombre, mi foto, y al pie de la misma, mi fecha de nacimiento, junto a otra fecha, dicha fecha parecía ser luctuosa, el año era de dos atrás, justo la fecha en que G. había perecido…

Entonces comprendí todo, comprendí que ya también estaba muerto…


sábado, 21 de julio de 2018

Enigmática...


Desde el primer momento en que la miré, me pareció tan enigmática, en el momento que la ví tuve una sensación como haber estado extraviado toda la vida, y tener que tomar una decisión súbita, como en aquellas caricaturas que de chicos veíamos; un personaje se encuentra fatigado caminando extenuado por una infinita alameda, hasta que finalmente encuentra algo distinto un bifurcación, un camino que lo llevará al mal, u otro que lo redimirá, yo tomé el camino que encausa al mal, fue así como desapareció Liliana…

La jornada laboral era larga y tediosa, el camino para llegar a la organización también, la plantilla estaba equilibrada, hasta que directivos decidieron hacer crecer solo un poco el departamento;

“Necesitamos una persona más F”. Se dirigieron a mí un Miércoles cuando estaba a punto de finalmente retirarme a mi hogar.

-.Claro, increpé
*-¿Claro?

Replicó el muy cabrón de mi jefe con tono sarcástico, repuso; “La necesitamos para mañana”…

Por todos los medios me puse a buscar alguna persona que a aquella hora decidiera acudir a entrevista y a pasar por todo un proceso de selección, y más cuando el requisito más inamovible era el hecho de ser mujer.

Momentos antes de la hora de salida, Horacio mi jefe, se acercó a la puerta de mi maltrecha oficina, encendió un delicado, le dio un largo jalón, golpeó mi umbral con su mano gorda, escuché entre su mano obesa y grasosa como apenas sonoramente se hacían notar contra la madera los anillos que llevaba.

Me recordó; “se puede negociar todo, Todo,  el sueldo, incluso el sueldo, pero ahí de ti nene, que si me traes un hombre, se lo cortas”, me dijo el muy cabrón riéndose a la par que fumaba su pitillo…

Para entonces creí que mi empleo corría riesgo, después de una lista que armé de por la zona, de alrededor de 100 chicas que cubrían al 50 por ciento con el requerimiento de Horacio, después de una serie de reproche por parte de las féminas, molestas porque llamaba a aquella hora, o porque de plano lo que buscaban en verdad era otro tipo de trabajo, por fin di con la indicada.

En su información y en su I.D no había fotografía, aun así me aventuré a marcar a su número, su voz era adecuada para atender una línea telefónica, era dulce y reconfortante, la zona de empleo le quedaba a escasos 20 minutos, podía llegar caminando.

Eran ya las 21:30 hrs cuando sonó el timbre, para entonces yo ya andaba por la vigésima taza de café del día, miraba un maratón creo de la primera de The Simpsons…

Dirigí mi mirada hacia la puerta; detrás del tragaluz, observé una colorida silueta; colores rosas, combinados con motivos fosforescentes. Me dirigí hacia el pomo y lo giré…

“Pase”,  argüí, sin dirigirle mucho la mirada,

“buenas noches” dijo

“Buenas noches” articulé, mientras dirigía mi mirada de nueva cuenta al viejo RCA, me hipnotizó la parte del capítulo cuando Lisa Simpson y el difunto Encías Sangrantes Murphy tocan un solo de Sax...

Cuando iniciaron los créditos, me percaté había pasado alrededor de 1 minuto, lo cual es bastante si uno ha dejado desatendido a un huésped que es prácticamente un forastero.

-.Disculpe, dije sonsamente…

***-No se preocupe, a mí también me agradan, en especial ese capítulo, repuso.

-.Tome asiento, increpé…

Al momento en que se colocaba para ser ejecutada, es decir, para que yo la entrevistase ahora sí puse atención en muchos aspectos de ella que me hicieron sentir como en un camino bifurcado; Llevaba con ella un libro de la biografía de Charles Manson, su vestimenta parecía la de un hippie, y sobre todo su edad, tenía ya alrededor de 40 años, y ciertos manierismos en su persona decían,  contradecían lo cronológico.

Pretendí deshacerme de ella en aquél instante, así que jugué mis cartas, saqué un test breve de 16 minutos con una seriación numérica Fibonacci, que ni Isaac newton, ni el propio Fibonacci hubiese podido descifrar, pero ella lo logró obtuvo un CI superior.

No me quedó opción más que proceder con el proceso, ante mi urgencia al siguiente día se presentaba a trabajar con nosotros L.

Su desempeño era alto, óptimo, apenas hablaba con alguien, yo le dirigía un “buenos días” y me lo regresaba de súbito con amabilidad, pero sin siquiera mirarme a los ojos, así de esa forma también andaba.

Un día súbitamente L. desapareció, lo último que se había sabido de ella es que salía por la carretera a su casa un Viernes, el Sábado no se presentó a trabajar, nadie en la oficina se alarmó, porque era común que las personas faltaran los sábados, incluso los lunes, por cuestiones de fiestas, resacas…

El día Martes de la Próxima semana L. ya no regresó…

Una pestilencia atroz comenzó a invadir de súbito la atmósfera de la oficina,  el lunes las personas creían que debían ser alimentos dejados en el refrigerador, de igual forma al lado de la organización había un tiradero y campos fértiles, se creía debían ser fertilizantes naturales (cagada de ganado), pero no fue así.

Del casillero de L el día Miércoles, comenzó a escurrir un líquido espeso y de un color negro rojizo, las moscas comenzaban a aglutinarse en dicho cubículo.

Personal de limpieza procedió a abrirlo;

Ahí yacía la cabeza de Liliana con una mirada y expresión en general aterradora, junto a la cabeza yacía la biografía de Charles, enredada en un rosario negro, y un símbolo de paz de los 60´s.

Fin.



domingo, 15 de julio de 2018

Una piedra, una historia...


Una historia inicia con una conexión celestial entre la imaginación y el lenguaje, una historia aún no redactada, y por redactarse es una especia, y especie en peligro de extinción; es una venta sin documentos, una novia sin anillo, o una nube que amenaza, y simplemente se va.

El siguiente es  claro  ejemplo de ello, pretendí hacer una historia con los siguientes argumentos, y de pronto, todo fue no más que una perpetua caída:

Conforme caminaba a mi destino… No, no creo en ello.

Dicha historia versaría sobre una piedra que yo encontraría camino a casa, dicha piedra (no de reductos de metanfetamina, sino una piedra que con el paso del tiempo se va formando y deformando) me contaría historias totalmente inéditas, desconocidas, de sucesos que le han acontecido, desde cómo llegó a tener una forma como el David de Miguel Ángel, a lo que ahora es; un mero cúmulo de asfalto y cerámica, y a raíz de ahí, dicha roca se decantaría por el nihilismo y algunas otras no doctrinas.

Pero eso no lo es todo...

Esa estoica, y ermitaña piedra, apelaría a mí a seguir sus pasos, y de hecho lo he hecho, por eso no concluyo ésta historia… 

La roca a dos metros de donde la deposité, me sigue mirando con desdén...

Mientras mis no manos de mármol me acometen a seguir tecleando.

sábado, 7 de julio de 2018

Vida-Muerte

Lúgubre vientre,
vestigio, vaso
marsupial de aguas estancadas

Árido valle
donde ya nada florece.
Tu aire está oxidado,
huele a muerte,
y en tí, no hay más quien pueda conocerla

Las esperanzas son recuerdos
de un amnésico
y tus sueños, los de un muerto

Paso a paso las horas van atrás
se retrasan,
y todo va llegando
como el fin del caudal infinitito
a su origen,
a su plenitud...



domingo, 24 de junio de 2018

Lo novedoso (Las cosas que se pierden siglo tras siglo)


La novedad es atractiva, precisamente por su apóstrofe; “lo novedoso”,  es deber a cada momento aperturar nuevas obras apenas caiga el telón si uno desea vivir.

La divergencia de la novedad ocurre cuando lo novedoso se torna uniforme:
Hay quienes se encuentran gustosos dentro de una atmósfera de cotidianidad, levantándose yéndose y regresando, eso me resulta en absoluto nada atractivo. Existen novedades cuyo apelativo más preciso es “la moda”, y que desdeño.

No sé, para mí lo ideal sería uno levantarse,  levantarse súbitamente con una forma animal, o simplemente levantarse, despertar con la certeza de que todo aquello que anteriormente aterraba, simple y llanamente se ha esfumado, a excepción de las buenas cosas que como ruinas no protegidas, aún en nuestros días se debaten por seguir;

  • Buena Literatura (Joyce, Cervantes, Proust)
  • Buena Música (Bach, Debussy, Spinetta, Mingus, Coltrane, Pérez Prado, Dolphy)
  • Buena Cerveza (Cualquiera que no sea de la cadena Cuauhtémoc Moctezuma)
  • Buenas Costumbres (Cortesía)
  • Buenos deportistas (Jordan, Bonds, Pippen, Maradona, Ronaldinho)
  • Buen Café (Afortunadamente el país aún produce buen café de grano)
  • Buenas Personas (Cada vez menos)…


Cabe señalar que un servidor es en absoluto nada novedoso, con decir que si en mi habitación no encuentro en su sitio el zapato del cual me despojé durante la noche, de plano no me levanto…

sábado, 16 de junio de 2018

Isla


La nostalgia de momentos de antaño, por los cuáles transitamos y de ello solo queda nuestra lúgubre sombra, vestigio del paso del tiempo. El infierno de los lugares comunes, en que ya no es posible coincidir más con el ser querido.

¿Quién sigue? ¿Qué seguirá en ésta ruleta de naderías?, el tiempo ahoga, se agota y nos agota, nos exprime día tras día para posteriormente volver a iniciar. Mis pies como cimientos de viejas edificaciones pretenden ceder, huyo del tumulto, me refugio en mi pensamiento, y en mi pensamiento encuentro exactamente lo mismo; ¡horror de la temporalidad!

Soy actualmente para mí un desconocido, y no está decir que las cosas que pasan me resultan extrañas, no de una manera esquizofrénica, sino extraño aludiendo a lo ajeno, por no quererlo, extraño de una manera frustrante. Yo que creí que todo lo cambiaría, tiendo a repetir la historia, la historia perpetua…

Me aterra el futuro, por no tenerlo, por no quererlo. 

El instante no existe, a cada momento se cuela, sin embargo no puedo hacer otra cosa sino pensar en ello; El futuro…

Han pasado ya 50 años, y yo no hago sino seguir en ésta isla de tedio, mi brújula se ha perdido, 50 años, 4 párrafos, y con certeza aún no sé qué hacer…



viernes, 8 de junio de 2018

Mal Servicio


Arlés café era o mejor dicho sigue siendo un pequeño local al centro de la ciudad que como su nombre lo dice el giro principal es ser cede de personas aficionadas al café; de ancianos adictos al café que acuden con el pretexto de socializar, o algunos otros que acuden a socializar con el pretexto de beber café y quizás ni les gusta, en fin, viejos de mierda…

Aquél tétrico día, aquél lugar, albergue de ancianos dejó de ser tomado en cuenta por mí, aunque a pesar de las pocas veces que fui me sentía verdaderamente cómodo, el servicio siempre había sido bueno, si bien las meseras no eran atractivas, pero sí amables y con vocación, cosa que es difícil encontrar hoy en día en los restaurantes de la ciudad en general.

Fue una tarde lluviosa en el mes de agosto cuando llegó a la galería de aquél lugar una nueva pintura, y fue puesta justo enfrente del lugar en el que yo me sentaba.

De alguna manera yo sabía que quizás no les caía bien a los ancianos porque después de todo imaginaba que envidiaban mi vida cuando a la par pensaba que muchos de ellos estarían a punto de ser frecuentados por la muerte, si no es que ya tuviesen algunas experiencias en el tema.

Pero lo que no sabían ésos cabrones es que mi vida era solo un bife en un asadero, al igual que la de ellos, es decir, una mierda…

Me daba gusto imaginar a algunos de ellos diabéticos, otros con sus tanques de oxígeno, ahí los veía, mirándome a lo lejos con odio al ritmo de su lento respirar. En fin yo trataba de ignorar y sumergirme en el libro que llevaba y en la taza de café que bebía mientras reproducía las palabras del proceso. Pero esa imagen no dejaba de verme, no dejaba concentrarme ese retrato cuyo nombre supe días después: “Las meninas”.

Dicho retrato consistía básicamente en una familia victoriana que mira a uno con profundidad y burla, al igual como me miraban aquellos odiosos ancianos, al punto de ya no saber si uno está fuera o dentro del retrato, si uno no está más que en un marco colgado en alguna pared que encierra la realidad, la realidad que yo habito y que me lleva a odiar a los ancianos al igual que sus estúpidas miradas indagadoras.

Creí que sería pertinente no dejarme abatir por aquellos viejos, que yo ganaría esa guerra sucia inexistente, que no dejaría de frecuentar Arlés y su exquisito café turco, que las miradas y risillas de los viejos no me importarían, al igual que las miradas en aquél cuadro que me llevaban a cuestionarme mi propia realidad. Pero aún contra mi voluntad y mi determinación no fue así, mis estancias en aquél café se fueron haciendo cada vez más efímeras, ya no podía concentrarme en la lectura y el café que tanto me gustaba comenzaba a saberme a todo, menos a café, cosa increíble para mí. Cuando abandonaba aquél lugar los viejos soltaban una risilla general mofándose tal vez de mí, que comenzaba por fin a ceder ante su deseo de no verme más por allí.

Aunque dejaba buenas propinas de más del 20% el servicio se empezó a tornar malo para mí, las camareras que atendían aquél lugar se veían cada vez más cansadas y si me saludaban, lo hacían con desgano.

El último día que acudí al Arlés decidí hacerlo acompañado por una compañera de la especialidad en psicoanálisis, yo no tenía interés alguno en ella más que en el de su compañía, ante la adversidad que vivía cada vez que frecuentaba aquél sitio.

Aquél día me pareció raro, el cuadro de las meninas había desaparecido, sentí una gran curiosidad por su ausencia que no quise alentar más, quizás simplemente dicho cuadro había sido vendido. En esa ocasión al entrar acompañado por Esperanza mi compañera, todo fue diferente, era como si yo le hubiese ganado la guerra a los viejos, o ellos me hubiesen ganado a mí pues ya no era yo más motivo de su apreciación. Recapitulé, al entrar me sentí por competo un fantasma comparado con otros días, simplemente echaron una mirada y siguieron en sus asuntos bebiendo café y jugando al dominó.

Ese día duramos en aquél antro más de dos horas aproximadamente charlando asuntos de la vida, y otros tópicos relacionados con la especialidad que cursábamos, sorprendentemente el servicio fue excelente, al terminar nuestras bebidas esperanza me dijo que debía ir al baño. Entró y yo la esperé mientras pedía la cuenta. Me sorprendió cuando la mesera regresó con la nota, en ella estaba grabada la pintura las meninas, eché un vistazo a los viejos, y ellos estaban mirándome, exactamente como antes, de una manera odiosa y despectiva me arrojaban la mirada del hombre victorioso que ha vencido a su contrincante, esa mirada que debió arrojarle Marco Bruto a Julio César antes de traicionarlo.

Dejé el dinero de la cuenta en la mesa, aunque en la nota no nos cobraban, y salí de aquél lugar sin Esperanza, no la vi otro día de nuevo, no la volví a ver…



domingo, 3 de junio de 2018

A 94 años de la Muerte de Franz Kafka...


Ahí va con sus patas y su par de antenas que sepa qué diablos transmitan, y con solo la convicción de no ser otra, o de no perpetuar el clisé de nuestro siglo, de no ser Gregorio Samsa.

Su origen y su fin es desconocido, hay quienes arguyen el destino de éstas inocentes e infames criaturas puede superar al del mismo universo. Víctimas del folclore que las han hecho consumidoras de marihuana y de las pestilentes industrias, sigue la cucaracha su rumbo, con su paso meditabundo, pero seguro.

¿Y qué susto no le han hecho pasar a una mujer en plena ducha?, batiendo sus alas sincronizada a la amenaza de los vapores de la regadera.

Me pregunto ¿Qué cosas habrán visto? Testigos involuntarios, testigos mudos, cuerpos devastados en cañerías, escenas eróticas en moteles, infamias y corrupciones mundiales.

Hay quienes argumentan que su desarrollo no llegó a la plétora esperada, se conocen 500 géneros de su especie, sin embargo a cada momento por diferente que sea, parecerá siempre  ser la misma.

A la par que la miro transitar me pregunto ¿por qué Gregorio Samsa no quiso ser cucaracha?, ¿qué aspecto de tan peculiares insectos le resultó tan ominoso a Kafka para rechazarlos?…

A mí en cambio, me gustaría ser un bicho de esos, tener la capacidad de soportar una guerra nuclear, irrumpir de súbito en un prestigioso banquete, y aun mejor; poder vivir por meses sin cabeza, en especial los calurosos…


En memoria del gran Escritor que fue el Austriaco...
(1883-1924)

sábado, 26 de mayo de 2018

Tales of chicano´s street

This is a short story just like a blank page, this one was just a little lenaguage exercise that  I don’t domain,..


Actually I don’t domain nothing, but I least, I think, im trying hard...



I was walkin over tapalpa street, when I get in to the store

Sun was burning over my head and over the head of people that were outside of the store.

When I get in, inmediatly i did feel  the fresh on my body, over alll my body, that was so good...

Then i send text , when I  realized about that…



¡Pendejo! Mi madre me hubiese dicho…



 I was texting   all my people in my barrio, just to being (o acudir) en aquel lugar.

When we arrived to that place, I see a cholo´s chevy 70´s whit amplifier lower suspension, that it appears  it will get in on the sky



¡No mames vato!,

I just said.



But the fact was that, I gonna tell you loco. nothing of that was that, people thinks that was an UFO, but i must say,  i did think, it just was my grand mom´s fart...



but then i see it again vato



One of that low riders chevy´s,
while they were smoking pot, that cholos and the vatos inside that chevy nova, they just get lost in the sky,...



My motherfucking expression was; What the fuck? I´ve must  been drinking some beer and listenig some  chet baker music…

jueves, 17 de mayo de 2018

Eterno Retorno


Emprendimos ésta encomienda que no elegimos
Cuyo inicio y fin desconocemos;
Esclavos de lo impreciso,
Ominoso
Y abyecto.

Obligados a participar
Del juego siniestro
O enloquecer:

El lugar que ocupamos en el universo nos asfixia
Y a la vez en ésta entropía
Nuestros sueños
Asfixian a otros, y a otros y a otros…

Nace una flor,
para con el transcurso de las estaciones morir;

La mejor cosa que podría hacer un marinero
Es no volver al puerto
Pues por dura que sea en altamar la tormenta
No se compara con el pan de cada día, 
que día a día tiene que soportar;

Sumergirse de nuevo en la tormenta,
Pensando en quizás no volver…

Si existes Dios, ésto quizás sea el Infierno,
si en algún lugar existes vida
¿Puede acaso que ésto sea la muerte?



martes, 1 de mayo de 2018

No siempre hay días soleados...

Recuerdo con nostalgia aquellos tiempos antaño cuando pequeño, el verano se aproximaba. Cuando por vez primera en dicha estación del año, el cielo se precipitaba, las nubes comenzaban a juntarse en el horizonte, para posteriormente posarse sobre nuestras cabezas, y dejar fluir su contenido. La noche finalmente vencía al día y comenzaba el espectáculo; Por estruendorosa que fuera la tormenta no había nada que me horrorizara, de alguna forma sentía el cobijo de una fuerza equiparable a eso denominado dios la inmensidad, la fe o un estado hipermaniaco...

Hoy en día por desgracia he perdido lentamente la capacidad de soportar siquiera un día soleado, toda aquella omnipotencia  y ganas que de mí fluían, se han ido, con mi niñez se han ido, y no han dejado en mí más que un desierto que con el paso del tiempo afluye, crece, y se estanca con cada minuto que transcurre, para después lentamente ahogarme en un océano de incertidumbre donde solo quedó yo a la deriva esperando a que algo pase.

Supongo y debo, quiero creer todo sea como algunas de las frases trilladas que se suelen coloquialmente enunciar; "no todos los días son soleados", "hay momentos buenos, y malos", o "todo parte desde el punto en el que se mira"...

sábado, 28 de abril de 2018

Abril 2


De nueva cuenta escuchándolo todo, me gustaría que todo pasara como caudales, acordes sonoros que lenta, pero apaciblemente se van disipando, con un estruendo al inicio diáfano, pero a-posteriori con una quietud y prolongación inquebrantable, mientras el río de eternidad continúa…



jueves, 26 de abril de 2018

Abril


He intentado ver de nueva cuenta el sol, pero como una nube que lejana y lentamente se conforma para después de los días venir a cubrirlo, a nublarlo todo, así se va formando mi ya tan familiar melancolía. Días de vicio, vacío e inútiles en los cuales tengo como única certeza la negación, la nada, se han tornado norma. Días que son como una enfermedad de la cual uno tiene a medio término la seguridad de que sea esporádica, pero cabiendo la posibilidad de que en el fondo, muy en el fondo uno dicha condición sea condición perpetua.

Los días caen con rapidez del calendario uno a uno, justo como mis esperanzas de que alguna vez algo mejore, caen de mi mente por los lúgubres peldaños de mi existencia. En mi exterior no puedo ver luz, no puedo mirar el color que la vida arroja, veo lejana mi mirada de las cosas, ensimismada dándole vueltas a un pensamiento que se ha tornado imposible, tan imposible como creer que un tren se detendrá súbitamente en menos de un segundo si es que viaja a más de 100 kilómetros por hora.

Cada vez leo menos y escribo peor, cada vez hablo menos, y escucho mucho más de lo que desearía, observo personas andar por las oficinas y por las calles, y de pronto súbitamente me gustaría ser otro yo, o al menos un yo, otro yo que no le diera tanta vueltas a un pensamiento inútil que trata de cosechar buenos frutos sabiendo que siembra en tierras yermas.

Hablar del futuro me aterra, pensar el futuro me produce insomnio, sin embargo me es inevitable; me he convertido lentamente en algo que un yo más joven despreciaría, y la tendencia quizás dentro de unos años, como una curva de Gauss quizá sea la misma; el progresivo desprecio de mí, hacia mí mismo, y el deseo continuo de ser otro.

Toda música me parece lineal, toda música me parece ser la misma, y no es más que eso; nota tras nota acumulada, entropía inútil como el hecho de haber nacido, justo como otro día en el que entra y sale el sol, justo como otro día en el que pasan las horas y la vida por efecto se agota. Todo es inerte, toda vida está plagada de muerte.

¿Qué vendrá después?