El taciturno semblante de la Mona Lisa no se debe a la yuxtaposición
de elementos pictóricos plañidos por la mano sagrada de Leonardo,
El taciturno semblante de la Mona Lisa es producto de una angustia perpetua capturada
en un mundo dentro de otro mundo que a menudo colapsa, y cuya única constante
es una obra
que
a cada momento
se
re
o
ri
gi
na
.
.
.
Su semblante es presagio de nuestra muerte, signo y testamento de los vestigios
que sobreviven al tiempo, y nos captura
Su semblante no es más que un ejercicio hermenéutico de mi estado anímico...
Viéndola bien, creo que sonríe...
Plasmando el mundo en estado comatoso desde los rincones de algún lugar llamado mente, similar a los infiernos que en mí descansan.
miércoles, 19 de diciembre de 2018
domingo, 25 de noviembre de 2018
Afiche de Otoño
Hora tras hora
como hojas va cayendo el tiempo de la vida, los momentos de las cosas gratas o
no gratas difícilmente se pueden retener, incluso en la memoria van muriendo. Dos
mil años caben en un instante perecen y renacen de súbito; ¿qué lugar ocupamos
en todo? Si nuestras vidas a pesar de parecer complejas son solo una partícula
subatómica que reside en otra partícula que a su vez intenta pasar por el ojo
de la aguja de alguien más grande.
Todo crece y
perece, a cada segundo las distancias y el tiempo se hacen más y más grandes,
quedamos estancados en el recorrido, transitando perpetuamente vectores, sin
llegar con precisión a ningún lugar.
Mientras más me
intereso por las “cosas de la vida” que yo a ciencia cierta considero vanas, me
percato de cuán ignorante soy.
La gloria, así
como cada momento son efímeros e inútiles, quiero para mí una memoria atemporal;
considerando que la conciencia determine a la existencia como decía Descartes.
Quiero el tiempo sin horas, la lengua desprovista de todo significado, ver las
cosas en su esencia tal cual son realmente: nada.
¿Por qué no
volver a las cavernas?
(Si es que
salimos de ahí en alguna ocasión…)
domingo, 23 de septiembre de 2018
La Evaluación
La desaparición de algunos afiches
y escritos de sobremesa en el aula, con algunos de nuestros garabatos cuyo
contenido era altisonante, fueron los primeros indicios de la serie de
monstruosos acontecimientos que se avecinaban. Conforme pasaban los días la
urbana 118 fue misteriosamente vaciándose dejando en todos nosotros un gran
enigma.
A ciencia cierta de aquella época
no podría declarar algo certero, sin embargo juro lo que a continuación narro,
es totalmente verídico. Todo inició aquel nublado martes de Verano, justo 3
semanas después de que hubiesen iniciado las clases, uno a esa edad no sabe mucho,
no sabe que al tomar algunos centímetros más, que al ser capaz de abordar el
bus por cuenta propia y haber logrado tomar el posa manos finalmente, uno no
sabe que cuando uno crezca todo será horrorífico, que no será necesario más
acudir a la casa de los espantos para asustarse, pues las situaciones
cotidianas por sí mismas lo harán, pero uno a esa edad es un pibe y anda loco en los juegos y en los
sueños, al punto de que quedarse tranquilo es prácticamente imposible, uno quiere
conocer, y sobre todo vivir, vivir.
Recuerdo que presagiaba algo
terrible justo cuando me ingresaron en soledad al aula para ser examinado por
la señorita M. Ella determinaría mi grado de aptitud para poder cursar el nivel
primario básico en aquél cruento instituto.
Una mirada estrábica y lúgubre se posó en
la mía justo cuando apenas ingresaba en aquella solitaria aula.
“Siéntese joven”, me increpó.
Aquél lugar era oscuro, la
atmósfera pesada, apenas se colaba un
tenue rayo de luz a través de las maltrechas cortinas de aquél salón. El lugar
olía a hierbas, a azufre, tenía un humor bastante concentrado. Sobre la mesa de
la vieja M. yacía una horripilante taza con la imagen y forma de baphomet. Aquello
daba un aspecto más espeluznante a la evaluación.
Mis manos estaban a punto de deshacerse
en sudor, aunque se portó amable en todo momento conmigo, sabía que ocultaba
algo, muy en el fondo ocultaba algo…
Mis piernas no podían sostener un
minuto más mi maltrecho y tembloroso cuerpo, obedecí, me senté en aquél pupitre
incómodo de madera, que más que un mueble diseñado para el estudio, parecía un
artilugio de tortura de la edad media.
A partir de aquél momento, todo fue mal para
mí, sin saber por qué, me sumí en un mar de lágrimas, en aquél instante lo
único bueno de aquella habitación era el aroma del café azucarado que recién
había preparado la señorita M, para pasar el tiempo mientras me evaluaba.
Todo el tiempo, durante el
transcurso de aquella hora seguí sintiendo aquella mirada amenazadora sobre mí,
pude sentir cómo mis lágrimas humedecían con el transcurso de los segundos las
hojas de mi examen, de pronto todo lo que había en él comenzaba a extinguirse
de manera progresiva.
Tiempo, dijo
Sentí un gran alivio al escuchar
aquellas palabras, me levanté de súbito, pude notar al momento de precipitarme
hacia el pórtico de salida, cómo mi pantalón iba haciéndose cada vez más
pesado, producto de mi orina.
Al salir me sentí por completo
aliviado, creí que no volvería a aquél lugar, y cabe señalar, hubiese sido
mejor que así pasara…
A todos nos alistaron como
militares el día de ingreso, tanto a chicas y chicos, todos enfilados, nuestra
individualidad comenzaba a esfumarse, en dicho lugar todos seríamos iguales, e
iríamos día tras día por un mismo objetivo que a ciencia cierta desconocíamos.
Aquello era un verdadero campo de concentración, día tras día cada simbolismo
aprendido acababa con una parte de nosotros, y nos iba introduciendo a una
maquinaria desconocida pero real.
…El primero en ya no regresar fue
Rodolfo, cuando se le ocurrió cuestionar, qué había detrás de los números y del
órden, por qué uno más uno sería dos, y porque no tres, o por qué no abeja más
perro nigeriano andaluz podría ser igual a mil ochocientos noventaicinco.
Fue mandado a dirección y de ahí
nunca volvió.
El misterio no es solo la
expulsión de Rodolfo del instituto, sino el hecho de haber desaparecido así sin
más, sin dejar rastro de, fue como si de
súbito hubiese dejado de existir, o hubiese
pasado a otra dimensión. A las prácticas de soccer dejó de acudir, de repente
era un anónimo para todos menos para sus camaradas quienes le conocíamos.
Lo raro fue cuando me dirigí
finalmente a su hogar, con la finalidad de indagar directamente con su madre
qué había sido de él.
La facción que dibujó su rostro
al momento de yo hacer aquella pregunta fue de una diferencia atroz; no conozco
a ningún Rodolfo, nunca lo he conocido, debe estar equivocado niño me dijo...
Ante mi insistencia amenazó con
llamar a los policías, razón por la cual me ví obligado a ceder.
Al llegar a casa mis padres ya me
esperaban bastante enojados. Las razones las desconocía, pronto me di cuenta
que la madre del ausente Rodolfo los había telefoneado diciéndoles que había
alterado la paz en su hogar.
Les platiqué lo sucedido, la
desaparición espontánea y perpetua de nuestro amigo y compañero, después de
ingresar a la dirección de la urbana 118 y no se lo creyeron, me juzgaron de
loco, decidieron que tenía que ver a un psicólogo, pues nada de aquello estaba
sucediendo, aunque yo tenía la certeza cartesiana de que sí.
Fue triste cómo el aula se fue
vaciando cuando comenzaron a desaparecer con el paso del ciclo escolar más y
más compañeros de la misma enigmática forma,
tras ser sorprendidos jugando…
Decidí dejarlo todo…
Un halo de melancolía me embargó,
dejé a mi familia, mis amigos antes me dejaron , renuncié a la enigmática
sociedad, me abrí paso para intentar forjar otro mundo donde la ausencia y la
violencia se tornasen términos enciclopédicos, vestigiales, términos
encontrados en un mundo rudimentario y
viejo.
Comencé a vagar por las calles
siendo un anónimo, sabiendo que no me buscan, y que no hago falta.
Hoy redacto éste informe no como
una queja ni como un documento histórico, lo redacto simple y llanamente con la
finalidad de que sociedades futuras sean testigos del terror que en alguna
ocasión padecimos.
domingo, 19 de agosto de 2018
Fragmento de Novela aún no Publicada.
Ése es el doctor Schultz señaló con el índice
Raro
apellido dije,
Sí, es de origen alemán me comentó Gabriela. El doctor Schultz
tiene una relación muy particular con Susana enunció con un poco de
intriga.
¿Cómo? Pregunté
Susana era un paciente psicótico,
sufría alucinaciones, delirios, verborrea y todo el cuadro que sufren los
pacientes con ésa prognósis. El doctor Schultz intentó tomar el caso, dijo que
probaría un nuevo método que había diseñado para curar la psicosis; nada de
electroshocks, nada de medicamento, sólo terapia.
Es difícil como sabrás trabajar
con éste tipo de pacientes ya que el nexo para comunicarse con ellos es
prácticamente imposible, no hay un puente entre el neurótico y el psicótico que
les permita llevar a cabo eso que se llama "empatía", o incluso "rapport".
Así que el doctor schultz entró a
ser parte del delirio, de las alucinaciones de Susana, fue así como poco a poco
fue comunicándose con ella. Susana fue progresando, cada vez se presentaban
menos las alucinaciones, y los delirios hasta que en algún momento volvió a ver
lo que parecía un cocodrilo en los jardines, los mismos jardines a los cuales
en un momento te llevaré. En esos jardínes solían trabajar. Como método de
inundación y confrontación directa schultz llevó a Susana a los jardínes para
mostrarle que aquél cocodrilo no era real, que no era más que parte de su
alucinación.
Susana iba temerosa detrás del
doctor schultz, caminando con sigilo, cuando de pronto el doctor Schultz fue
embestido por aquella bestia.
Trataron de rescatar su pierna,
pero el cuerpo del doctor la rechazó. Susana no alucinaba, ¡aquél cocodrilo que
miraba era cien por ciento real!- Nadie con certeza sabía de dónde había salido,
ya que como verás es una zona seca, un caso verdaderamente excepcional.
A raíz de ello el doctor ha
tenido una fama a nivel internacional, con frecuencia va a distintas
universidades tanto de oriente como de occidente a dirigir conferencias, en
ésos viajes siempre invita a Susana para ser parte del testimonio.
Eso nos lleva a pensar dijo
seguidamente Gabriela que los grandes logros se llevan a cabo con sacrificio,
por ejemplo el innovador método de Marie Curie con la radiación, misma que le
provocó la muerte, por otro lado también nos lleva a preguntarnos si dichos descubrimientos
valen la pena. Si me lo preguntas a mí no lo creo así me dijo, ya sé puedo
sonar egoísta, pero ante todo siempre hay que preservar la vida.
Al escuchar aquello asentí,
estaba totalmente de acuerdo con ella.
Y es así como el método del
doctor Schultz sigue siendo hoy en día un método innovador y uno de los más
eficaces para re-estructurar a los pacientes, aunque en ésta institución ya no se
aplica más a raíz de lo sucedido.
Lo sé, parece una historia
fantástica me dijo, sin embargo es real.
Entonces me tomó del brazo y
seguimos caminando por los jardínes.
¿Estás segura que no
hay más cocodrilos por aquí? Pregunté
El caso hilarante es que nunca los ha habido, el doctor Schultz perdió la pierna en éstos jardines, pero nunca se encontró nada anormal. No te preocupes, en todo caso si saldriese alguno tendría que optar por devorarnos a ambos. Sonrió...
martes, 14 de agosto de 2018
Tiempo...
¿No es al igual de ignominioso lo que
hace
el agua que horada a la roca
A la labor respectiva del tiempo con uno?
(Heráclito tenía razón…)
Ser a cada instante y no poder permanecer
intacto
Ni a las garras de cronos.
Entre un breve punto
Y otro
Yace el infinito
La historia completa de la humanidad,
Y lo que será de ella sin nosotros…
Puede ser que después de todo sea
Innecesario permanecer,
Pues mucho antes que refugiarnos
En el tedioso lecho de la muerte
Lo más seguro es que nos visite
la presurosa bruma de las horas
A cobrar factura…
Ausencia (Jorge Luis Broges)
Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.
viernes, 3 de agosto de 2018
Untitled
H
|
ay fuerzas negativas que se
yuxtaponen a mi existir,
Que conforman el reverso del
paisaje que día a día esbozo,
Que como pigmentos lo tiñen, para
encubrir el más mínimo defecto,
Pero…
Dentro de mí hay una cara
ajena para todos los que me rodean
que en mis momentos de lúgubre
soledad me domina;
Siento lo que debe sentir el mar al
mostrar solo la plenitud de la superficie,
ocultando el fondo de su coraza y
lo que ella alberga:
oscuridad,
muerte,
devastación
en otras palabras ;
la vida misma…
sábado, 28 de julio de 2018
Nocturno...
"La muerte no llega con la vejez,
sino con el olvido..."
sino con el olvido..."
Durante
los últimos días las cosas habíanse tornado extrañas, hacía ya hace un par de
años que G. se había ido de mi vida, aun así, dicho suceso lo recordaba a cada momento
como si fuese un acontecimiento
reciente; el auto devastado, su cuerpo hecho trizas a media carretera, reducido
a una masa uniforme tras el impacto con el tracto...
Después
de su funeral tuve que comenzar a mentir, tuve que comenzar a mentirme para
sentirme un poco mejor. Siempre he creído, aunque no es la mejor opción, que
ante las circunstancias adversas aparte
de la postergación, el engaño es el mejor antídoto. Me había empeñado en ser
una especie de mago, un prestidigitador que hace creer a la gente cosas que no
existen, poco a poco una penumbra inexistente comenzó a invadirme, y toda
conexión con lo considerado real de súbito se cortó.
Dejé
de atender los llamados telefónicos de amigos y de mis mismos padres, comencé a
esconderme ante las visitas, apenas miraba una silueta rondando a las afueras
de mi hogar, me tiraba rápido a la cama, como si eso pudiese ocultarme de algo
o alguien.
De
mi trabajo fue fácil librarme, si bien mis relaciones con mis compañeros no
eran las mejores, tampoco eran las peores, bastó el pretexto de que dejaría el
trabajo a raíz de algunos proyectos personales que en pie tenía, ante ello el
jefe Gómez insistió en hacerme una mejor oferta, pero fue en vano, al
percatarse de que aquello no era económico me dijo con sabiduría; “algunas
veces solo tienes que dejar ir, no dejes que el pasado te consuma”… No se habló
más del tema...
Ya
estando en casa comencé a entregarme al mundo de los sueños, mi vida comenzó a
tornarse la vida de un asceta urbano e involuntario; primero vino el corte del agua, posteriormente el de la luz y todos
los demás servicios. Comencé a dar largos y prolongados paseos, comencé a dar
rondas por los lugares que solía frecuentar con G, con la imposible esperanza
de quizás mirarle rondar por alguno de aquellos sitios.
Durante
las noches el insomnio se me presentaba, cuando por fin lograba conciliar el
sueño, el sol comenzaba a plañir, entraba a la oscura habitación a través de
las rendijas de la persiana para parcialmente iluminarlo todo.
Fue
así como comencé a soñarla ya entrado el día, fue así como aquél sueño comenzó
a obsesionarme; la miraba a 10 metros delante de mí, la miraba a través de una
prolongada alameda, a cada paso que daba, se me hacía totalmente imposible
darle alcance, cuando finalmente estaba a punto de llegar hasta ella, de
súbito, simplemente desaparecía.
Aquél tema me mantuvo ocupado algunos meses.
Comencé a hacerme experto en el tópico, comencé a frecuentar librerías,
tiendas, artículos, e incluso neuro-psicólogos, para conocer más acerca del
sueño, y conocer la posibilidad de ser capaz de controlarlos;
Emprendí
una empresa en vano que no dio fruto, ¡fui presa de mi propia obsesión!
De
nueva cuenta llegó invierno, con el inicio de año pretendí de nueva cuenta
re-tomar mi vida, fui al viejo baúl con la finalidad de tomar el dinero que
tras años había acumulado, y no había nada. Aquello me dejó anonadado, durante
algunos segundos. Tuve que salir de casa para pedir apoyo, y dar cuenta al
mundo que yo aún existía.
Emprendí
camino hacia un teléfono público, deposité en el mismo algunas monedas que
yacían en mi bolsillo, marqué el número de casa, pero nadie atendía. Después de
marcar unas siete veces a casa, intenté contactar con mi ex Jefe Gómez, y nada.
Con
súbito enojo colgué, y comencé a caminar. Después de un par de horas de andar
rondando por las calles sin rumbo fijo, decidí que me encaminaría a casa de mis
padres, asumiendo de antemano que aquello podría resultar una total catástrofe,
ya que hacía poco más de un año que no tenía contacto absoluto con ellos.
Fue
entonces mientras caminaba rumbo a casa de mis padres cuando pasé por aquél
lugar, ¡ahí la miré sentada!, tenía que estar equivocado;
¡era G!...
Me
deposité detrás de un buzón para mirarle mejor, y que no me viese, aunque
quizás le hubiese resultado imposible reconocerme por mi descuidado aspecto,
miré sigilosamente, y en efecto era ella. Traté de acercarme con júbilo, le
toqué el hombro, su sonrisa era tan perfecta, era su sonrisa, volteó para echar
un distraído vistazo, pero nada
¡Hey!
Articulé, me acerqué con sigilo traté de tirarle del cabello, pero no surtió
efecto nada de aquello...
Salí
bastante molesto de aquél lugar, ¿qué estaba pasando? Me preguntaba de manera
iracunda y frenética, quizás era víctima de mi propio sueño, sí, debía ser eso,
todo debía ser solo una pesadilla, comencé a correr hasta la casa de mis
padres, al llegar todo estaba como cuando yo aún habitaba en dicho lugar.
Abrí
la puerta con estrépito;
¡Padre!
Articulé, tampoco hubo respuesta por parte de él.
Traté
de tomar la cerveza que tenía sobre la pequeña mesa, y nada, mi mano le daba
alcance al tarro, pero no me era posible tomarlo, traté de apagar el televisor
para que se percatara de mi presencia, y nada, todo fue en vano.
Entonces
llamó mi atención una pequeña placa póstuma que había justo a un lado del
estéreo, dicha placa tenía mi nombre, debía haber un error, quizás era un
diploma, pero a ciencia cierta yo no recordaba haber obtenido un solo
reconocimiento a lo largo de mi vida.
Me acerqué para tener una mejor
perspectiva; En efecto, era mi placa póstuma, tenía mi nombre, mi foto, y al pie
de la misma, mi fecha de nacimiento, junto a otra fecha, dicha fecha parecía
ser luctuosa, el año era de dos atrás, justo la fecha en que G. había perecido…
Entonces
comprendí todo, comprendí que ya también estaba muerto…
sábado, 21 de julio de 2018
Enigmática...
Desde
el primer momento en que la miré, me pareció tan enigmática, en el momento que
la ví tuve una sensación como haber estado extraviado toda la vida, y tener que
tomar una decisión súbita, como en aquellas caricaturas que de chicos veíamos;
un personaje se encuentra fatigado caminando extenuado por una infinita
alameda, hasta que finalmente encuentra algo distinto un bifurcación, un camino
que lo llevará al mal, u otro que lo redimirá, yo tomé el camino que encausa al
mal, fue así como desapareció Liliana…
La
jornada laboral era larga y tediosa, el camino para llegar a la organización
también, la plantilla estaba equilibrada, hasta que directivos decidieron hacer
crecer solo un poco el departamento;
“Necesitamos
una persona más F”. Se dirigieron a mí un Miércoles cuando estaba a punto de
finalmente retirarme a mi hogar.
-.Claro, increpé
*-¿Claro?
Replicó
el muy cabrón de mi jefe con tono sarcástico, repuso; “La necesitamos para
mañana”…
Por
todos los medios me puse a buscar alguna persona que a aquella hora decidiera
acudir a entrevista y a pasar por todo un proceso de selección, y más cuando el
requisito más inamovible era el hecho de ser mujer.
Momentos
antes de la hora de salida, Horacio mi jefe, se acercó a la puerta de mi
maltrecha oficina, encendió un delicado, le dio un largo jalón, golpeó mi
umbral con su mano gorda, escuché entre su mano obesa y grasosa como apenas
sonoramente se hacían notar contra la madera los anillos que llevaba.
Me
recordó; “se puede negociar todo, Todo, el sueldo, incluso el sueldo, pero ahí de ti
nene, que si me traes un hombre, se lo cortas”, me dijo el muy cabrón riéndose
a la par que fumaba su pitillo…
Para
entonces creí que mi empleo corría riesgo, después de una lista que armé de por
la zona, de alrededor de 100 chicas que cubrían al 50 por ciento con el
requerimiento de Horacio, después de una serie de reproche por parte de las
féminas, molestas porque llamaba a aquella hora, o porque de plano lo que
buscaban en verdad era otro tipo de trabajo, por fin di con la indicada.
En
su información y en su I.D no había fotografía, aun así me aventuré a marcar a
su número, su voz era adecuada para atender una línea telefónica, era dulce y
reconfortante, la zona de empleo le quedaba a escasos 20 minutos, podía llegar
caminando.
Eran
ya las 21:30 hrs cuando sonó el timbre, para entonces yo ya andaba por la
vigésima taza de café del día, miraba un maratón creo de la primera de The
Simpsons…
Dirigí
mi mirada hacia la puerta; detrás del tragaluz, observé una colorida silueta;
colores rosas, combinados con motivos fosforescentes. Me dirigí hacia el pomo y
lo giré…
“Pase”, argüí, sin dirigirle mucho la mirada,
“buenas
noches” dijo
“Buenas
noches” articulé, mientras dirigía mi mirada de nueva cuenta al viejo RCA, me
hipnotizó la parte del capítulo cuando Lisa Simpson y el difunto Encías
Sangrantes Murphy tocan un solo de Sax...
Cuando
iniciaron los créditos, me percaté había pasado alrededor de 1 minuto, lo cual
es bastante si uno ha dejado desatendido a un huésped que es prácticamente un
forastero.
-.Disculpe,
dije sonsamente…
***-No
se preocupe, a mí también me agradan, en especial ese capítulo, repuso.
-.Tome
asiento, increpé…
Al
momento en que se colocaba para ser ejecutada, es decir, para que yo la
entrevistase ahora sí puse atención en muchos aspectos de ella que me hicieron
sentir como en un camino bifurcado; Llevaba con ella un libro de la biografía
de Charles Manson, su vestimenta parecía la de un hippie, y sobre todo su edad,
tenía ya alrededor de 40 años, y ciertos manierismos en su persona decían, contradecían lo cronológico.
Pretendí
deshacerme de ella en aquél instante, así que jugué mis cartas, saqué un test
breve de 16 minutos con una seriación numérica Fibonacci, que ni Isaac newton,
ni el propio Fibonacci hubiese podido descifrar, pero ella lo logró obtuvo un CI
superior.
No
me quedó opción más que proceder con el proceso, ante mi urgencia al siguiente
día se presentaba a trabajar con nosotros L.
Su
desempeño era alto, óptimo, apenas hablaba con alguien, yo le dirigía un “buenos
días” y me lo regresaba de súbito con amabilidad, pero sin siquiera mirarme a
los ojos, así de esa forma también andaba.
Un
día súbitamente L. desapareció, lo último que se había sabido de ella es que
salía por la carretera a su casa un Viernes, el Sábado no se presentó a
trabajar, nadie en la oficina se alarmó, porque era común que las personas
faltaran los sábados, incluso los lunes, por cuestiones de fiestas, resacas…
El
día Martes de la Próxima semana L. ya no regresó…
Una
pestilencia atroz comenzó a invadir de súbito la atmósfera de la oficina, el lunes las personas creían que debían ser
alimentos dejados en el refrigerador, de igual forma al lado de la organización
había un tiradero y campos fértiles, se creía debían ser fertilizantes
naturales (cagada de ganado), pero no fue así.
Del
casillero de L el día Miércoles, comenzó a escurrir un líquido espeso y de un
color negro rojizo, las moscas comenzaban a aglutinarse en dicho cubículo.
Personal
de limpieza procedió a abrirlo;
Ahí
yacía la cabeza de Liliana con una mirada y expresión en general aterradora,
junto a la cabeza yacía la biografía de Charles, enredada en un rosario negro,
y un símbolo de paz de los 60´s.
Fin.
domingo, 15 de julio de 2018
Una piedra, una historia...
Una historia inicia con una conexión celestial entre la
imaginación y el lenguaje, una historia aún no redactada, y por redactarse es una
especia, y especie en peligro de extinción; es una venta sin documentos, una novia sin
anillo, o una nube que amenaza, y simplemente se va.
El siguiente es claro
ejemplo de ello, pretendí hacer una historia con los siguientes argumentos,
y de pronto, todo fue no más que una perpetua caída:
Conforme caminaba a mi destino… No, no creo en ello.
Dicha historia versaría sobre una piedra que yo encontraría
camino a casa, dicha piedra (no de reductos de metanfetamina, sino una piedra que
con el paso del tiempo se va formando y deformando) me contaría historias totalmente
inéditas, desconocidas, de sucesos que le han acontecido, desde cómo llegó a
tener una forma como el David de Miguel Ángel, a lo que ahora es; un mero
cúmulo de asfalto y cerámica, y a raíz de ahí, dicha roca se decantaría por el
nihilismo y algunas otras no doctrinas.
Pero eso no lo es todo...
Esa estoica, y ermitaña piedra, apelaría a mí a seguir sus pasos, y de hecho lo he hecho, por eso no concluyo ésta historia…
Esa estoica, y ermitaña piedra, apelaría a mí a seguir sus pasos, y de hecho lo he hecho, por eso no concluyo ésta historia…
La roca a dos metros de donde la deposité, me sigue mirando con desdén...
Mientras mis no manos de mármol me acometen a seguir tecleando.
Mientras mis no manos de mármol me acometen a seguir tecleando.
sábado, 7 de julio de 2018
Vida-Muerte
Lúgubre vientre,
vestigio, vaso
marsupial de aguas estancadas
Árido valle
donde ya nada florece.
Tu aire está oxidado,
huele a muerte,
y en tí, no hay más quien pueda conocerla
Las esperanzas son recuerdos
de un amnésico
y tus sueños, los de un muerto
Paso a paso las horas van atrás
se retrasan,
y todo va llegando
como el fin del caudal infinitito
a su origen,
a su plenitud...
vestigio, vaso
marsupial de aguas estancadas
Árido valle
donde ya nada florece.
Tu aire está oxidado,
huele a muerte,
y en tí, no hay más quien pueda conocerla
Las esperanzas son recuerdos
de un amnésico
y tus sueños, los de un muerto
Paso a paso las horas van atrás
se retrasan,
y todo va llegando
como el fin del caudal infinitito
a su origen,
a su plenitud...
domingo, 24 de junio de 2018
Lo novedoso (Las cosas que se pierden siglo tras siglo)
La novedad es atractiva, precisamente por su apóstrofe; “lo
novedoso”, es deber a cada momento
aperturar nuevas obras apenas caiga el telón si uno desea vivir.
La divergencia de la novedad ocurre cuando lo novedoso se torna uniforme:
Hay quienes se encuentran gustosos dentro de una atmósfera de
cotidianidad, levantándose yéndose y regresando, eso me resulta en absoluto
nada atractivo. Existen novedades cuyo apelativo más preciso es “la moda”, y
que desdeño.
No sé, para mí lo ideal sería uno levantarse, levantarse súbitamente con una forma animal, o
simplemente levantarse, despertar con la certeza de que todo aquello que
anteriormente aterraba, simple y llanamente se ha esfumado, a excepción de las
buenas cosas que como ruinas no protegidas, aún en nuestros días se debaten por
seguir;
- Buena Literatura (Joyce, Cervantes, Proust)
- Buena Música (Bach, Debussy, Spinetta, Mingus, Coltrane, Pérez Prado, Dolphy)
- Buena Cerveza (Cualquiera que no sea de la cadena Cuauhtémoc Moctezuma)
- Buenas Costumbres (Cortesía)
- Buenos deportistas (Jordan, Bonds, Pippen, Maradona, Ronaldinho)
- Buen Café (Afortunadamente el país aún produce buen café de grano)
- Buenas Personas (Cada vez menos)…
Cabe señalar que un servidor es en absoluto nada novedoso,
con decir que si en mi habitación no encuentro en su sitio el zapato del cual
me despojé durante la noche, de plano no me levanto…
sábado, 16 de junio de 2018
Isla
La nostalgia de momentos de
antaño, por los cuáles transitamos y de ello solo queda nuestra lúgubre sombra,
vestigio del paso del tiempo. El infierno de los lugares comunes, en que ya no es
posible coincidir más con el ser querido.
¿Quién sigue? ¿Qué seguirá en
ésta ruleta de naderías?, el tiempo ahoga, se agota y nos agota, nos exprime
día tras día para posteriormente volver a iniciar. Mis pies como cimientos de
viejas edificaciones pretenden ceder, huyo del tumulto, me refugio en mi
pensamiento, y en mi pensamiento encuentro exactamente lo mismo; ¡horror de la
temporalidad!
Soy actualmente para mí un desconocido, y no está decir que
las cosas que pasan me resultan extrañas, no de una manera esquizofrénica, sino
extraño aludiendo a lo ajeno, por no quererlo, extraño de una manera frustrante.
Yo que creí que todo lo cambiaría, tiendo a repetir la historia, la historia
perpetua…
Me aterra el futuro, por no tenerlo, por no quererlo.
El
instante no existe, a cada momento se cuela, sin embargo no puedo hacer otra
cosa sino pensar en ello; El futuro…
Han pasado ya 50 años, y yo no hago sino seguir en ésta isla
de tedio, mi brújula se ha perdido, 50 años, 4 párrafos, y con certeza aún no
sé qué hacer…
viernes, 8 de junio de 2018
Mal Servicio
Arlés café era o mejor dicho
sigue siendo un pequeño local al centro de la ciudad que como su nombre lo dice
el giro principal es ser cede de personas aficionadas al café; de ancianos
adictos al café que acuden con el pretexto de socializar, o algunos otros que
acuden a socializar con el pretexto de beber café y quizás ni les gusta, en fin,
viejos de mierda…
Aquél tétrico día, aquél lugar,
albergue de ancianos dejó de ser tomado en cuenta por mí, aunque a pesar de las
pocas veces que fui me sentía verdaderamente cómodo, el servicio siempre había
sido bueno, si bien las meseras no eran atractivas, pero sí amables y con
vocación, cosa que es difícil encontrar hoy en día en los restaurantes de la
ciudad en general.
Fue una tarde lluviosa en el mes
de agosto cuando llegó a la galería de aquél lugar una nueva pintura, y fue
puesta justo enfrente del lugar en el que yo me sentaba.
De alguna manera yo sabía que
quizás no les caía bien a los ancianos porque después de todo imaginaba que
envidiaban mi vida cuando a la par pensaba que muchos de ellos estarían a punto
de ser frecuentados por la muerte, si no es que ya tuviesen algunas
experiencias en el tema.
Pero lo que no sabían ésos cabrones
es que mi vida era solo un bife en un asadero, al igual que la de ellos, es
decir, una mierda…
Me daba gusto imaginar a algunos de ellos diabéticos,
otros con sus tanques de oxígeno, ahí los veía, mirándome a lo lejos con odio
al ritmo de su lento respirar. En fin yo trataba de ignorar y sumergirme en el
libro que llevaba y en la taza de café que bebía mientras reproducía las
palabras del proceso. Pero esa imagen no dejaba de verme, no dejaba
concentrarme ese retrato cuyo nombre supe días después: “Las meninas”.
Dicho retrato consistía
básicamente en una familia victoriana que mira a uno con profundidad y burla,
al igual como me miraban aquellos odiosos ancianos, al punto de ya no saber si
uno está fuera o dentro del retrato, si uno no está más que en un marco colgado
en alguna pared que encierra la realidad, la realidad que yo habito y que me
lleva a odiar a los ancianos al igual que sus estúpidas miradas indagadoras.
Creí que sería pertinente no
dejarme abatir por aquellos viejos, que yo ganaría esa guerra sucia inexistente,
que no dejaría de frecuentar Arlés y su exquisito café turco, que las miradas y
risillas de los viejos no me importarían, al igual que las miradas en aquél
cuadro que me llevaban a cuestionarme mi propia realidad. Pero aún contra mi voluntad
y mi determinación no fue así, mis estancias en aquél café se fueron haciendo
cada vez más efímeras, ya no podía concentrarme en la lectura y el café que
tanto me gustaba comenzaba a saberme a todo, menos a café, cosa increíble para
mí. Cuando abandonaba aquél lugar los viejos soltaban una risilla general
mofándose tal vez de mí, que comenzaba por fin a ceder ante su deseo de no
verme más por allí.
Aunque dejaba buenas propinas de
más del 20% el servicio se empezó a tornar malo para mí, las camareras que
atendían aquél lugar se veían cada vez más cansadas y si me saludaban, lo
hacían con desgano.
El último día que acudí al Arlés
decidí hacerlo acompañado por una compañera de la especialidad en
psicoanálisis, yo no tenía interés alguno en ella más que en el de su compañía,
ante la adversidad que vivía cada vez que frecuentaba aquél sitio.
Aquél día me pareció raro, el
cuadro de las meninas había desaparecido, sentí una gran curiosidad por su
ausencia que no quise alentar más, quizás simplemente dicho cuadro había sido
vendido. En esa ocasión al entrar acompañado por Esperanza mi compañera, todo
fue diferente, era como si yo le hubiese ganado la guerra a los viejos, o ellos
me hubiesen ganado a mí pues ya no era yo más motivo de su apreciación.
Recapitulé, al entrar me sentí por competo un fantasma comparado con otros días,
simplemente echaron una mirada y siguieron en sus asuntos bebiendo café y
jugando al dominó.
Ese día duramos en aquél antro
más de dos horas aproximadamente charlando asuntos de la vida, y otros tópicos
relacionados con la especialidad que cursábamos, sorprendentemente el servicio
fue excelente, al terminar nuestras bebidas esperanza me dijo que debía ir al
baño. Entró y yo la esperé mientras pedía la cuenta. Me sorprendió cuando la
mesera regresó con la nota, en ella estaba grabada la pintura las meninas, eché
un vistazo a los viejos, y ellos estaban mirándome, exactamente como antes, de
una manera odiosa y despectiva me arrojaban la mirada del hombre victorioso que
ha vencido a su contrincante, esa mirada que debió arrojarle Marco Bruto a Julio
César antes de traicionarlo.
Dejé el dinero de la cuenta en la
mesa, aunque en la nota no nos cobraban, y salí de aquél lugar sin Esperanza,
no la vi otro día de nuevo, no la volví a ver…
domingo, 3 de junio de 2018
A 94 años de la Muerte de Franz Kafka...
Ahí va con
sus patas y su par de antenas que sepa qué diablos transmitan, y con solo la
convicción de no ser otra, o de no perpetuar el clisé de nuestro siglo, de no ser
Gregorio Samsa.
Su origen y
su fin es desconocido, hay quienes arguyen el destino de éstas inocentes e
infames criaturas puede superar al del mismo universo. Víctimas del folclore que
las han hecho consumidoras de marihuana y de las pestilentes industrias, sigue
la cucaracha su rumbo, con su paso meditabundo, pero seguro.
¿Y qué susto
no le han hecho pasar a una mujer en plena ducha?, batiendo sus alas sincronizada
a la amenaza de los vapores de la regadera.
Me pregunto ¿Qué
cosas habrán visto? Testigos involuntarios, testigos mudos, cuerpos devastados
en cañerías, escenas eróticas en moteles, infamias y corrupciones mundiales.
Hay quienes argumentan
que su desarrollo no llegó a la plétora esperada, se conocen 500 géneros de su
especie, sin embargo a cada momento por diferente que sea, parecerá siempre ser la misma.
A la par que
la miro transitar me pregunto ¿por qué Gregorio Samsa no quiso ser cucaracha?, ¿qué aspecto de tan peculiares insectos le resultó tan ominoso a Kafka para
rechazarlos?…
A mí en
cambio, me gustaría ser un bicho de esos, tener la capacidad de soportar una
guerra nuclear, irrumpir de súbito en un prestigioso banquete, y aun mejor;
poder vivir por meses sin cabeza, en especial los calurosos…
(1883-1924)
sábado, 26 de mayo de 2018
Tales of chicano´s street
This is a short story just like a blank page, this one was just a little lenaguage exercise that I don’t domain,..
Actually I don’t domain nothing, but I least, I think, im trying hard...
I was walkin over tapalpa street, when I get in to the store
Sun was burning over my head and over the head of people that were outside of the store.
When I get in, inmediatly i did feel the fresh on my body, over alll my body, that was so good...
Then i send text , when I realized about that…
¡Pendejo! Mi madre me hubiese dicho…
I was texting all my people in my barrio, just to being (o acudir) en aquel lugar.
When we arrived to that place, I see a cholo´s chevy 70´s whit amplifier lower suspension, that it appears it will get in on the sky
¡No mames vato!,
I just said.
But the fact was that, I gonna tell you loco. nothing of that was that, people thinks that was an UFO, but i must say, i did think, it just was my grand mom´s fart...
but then i see it again vato
One of that low riders chevy´s,
while they were smoking pot, that cholos and the vatos inside that chevy nova, they just get lost in the sky,...
My motherfucking expression was; What the fuck? I´ve must been drinking some beer and listenig some chet baker music…
Actually I don’t domain nothing, but I least, I think, im trying hard...
I was walkin over tapalpa street, when I get in to the store
Sun was burning over my head and over the head of people that were outside of the store.
When I get in, inmediatly i did feel the fresh on my body, over alll my body, that was so good...
Then i send text , when I realized about that…
¡Pendejo! Mi madre me hubiese dicho…
I was texting all my people in my barrio, just to being (o acudir) en aquel lugar.
When we arrived to that place, I see a cholo´s chevy 70´s whit amplifier lower suspension, that it appears it will get in on the sky
¡No mames vato!,
I just said.
But the fact was that, I gonna tell you loco. nothing of that was that, people thinks that was an UFO, but i must say, i did think, it just was my grand mom´s fart...
but then i see it again vato
One of that low riders chevy´s,
while they were smoking pot, that cholos and the vatos inside that chevy nova, they just get lost in the sky,...
My motherfucking expression was; What the fuck? I´ve must been drinking some beer and listenig some chet baker music…
jueves, 17 de mayo de 2018
Eterno Retorno
Emprendimos ésta encomienda que no elegimos
Cuyo inicio y fin desconocemos;
Esclavos de lo impreciso,
Ominoso
Y abyecto.
Obligados a participar
Del juego siniestro
O enloquecer:
El lugar que ocupamos en el universo nos asfixia
Y a la vez en ésta entropía
Nuestros sueños
Asfixian a otros, y a otros y a otros…
Nace una flor,
para con el transcurso de las estaciones morir;
La mejor cosa que podría hacer un marinero
Es no volver al puerto
Pues por dura que sea en altamar la tormenta
No se compara con el pan de cada día,
que día a día tiene
que soportar;
Sumergirse de nuevo en la tormenta,
Pensando en quizás no volver…
Si existes Dios, ésto quizás sea el Infierno,
si en algún lugar existes vida
martes, 1 de mayo de 2018
No siempre hay días soleados...
Recuerdo con nostalgia aquellos tiempos antaño cuando pequeño, el verano se aproximaba. Cuando por vez primera en dicha estación del año, el cielo se precipitaba, las nubes comenzaban a juntarse en el horizonte, para posteriormente posarse sobre nuestras cabezas, y dejar fluir su contenido. La noche finalmente vencía al día y comenzaba el espectáculo; Por estruendorosa que fuera la tormenta no había nada que me horrorizara, de alguna forma sentía el cobijo de una fuerza equiparable a eso denominado dios la inmensidad, la fe o un estado hipermaniaco...
Hoy en día por desgracia he perdido lentamente la capacidad de soportar siquiera un día soleado, toda aquella omnipotencia y ganas que de mí fluían, se han ido, con mi niñez se han ido, y no han dejado en mí más que un desierto que con el paso del tiempo afluye, crece, y se estanca con cada minuto que transcurre, para después lentamente ahogarme en un océano de incertidumbre donde solo quedó yo a la deriva esperando a que algo pase.
Supongo y debo, quiero creer todo sea como algunas de las frases trilladas que se suelen coloquialmente enunciar; "no todos los días son soleados", "hay momentos buenos, y malos", o "todo parte desde el punto en el que se mira"...
sábado, 28 de abril de 2018
Abril 2
De nueva cuenta escuchándolo
todo, me gustaría que todo pasara como caudales, acordes sonoros que lenta,
pero apaciblemente se van disipando, con un estruendo al inicio diáfano, pero a-posteriori con una quietud y prolongación inquebrantable, mientras el río de
eternidad continúa…
jueves, 26 de abril de 2018
Abril
He intentado ver de nueva
cuenta el sol, pero como una nube que lejana y lentamente se conforma para
después de los días venir a cubrirlo, a nublarlo todo, así se va formando mi ya
tan familiar melancolía. Días de vicio, vacío e inútiles en los cuales tengo
como única certeza la negación, la nada, se han tornado norma. Días que son
como una enfermedad de la cual uno tiene a medio término la seguridad de que
sea esporádica, pero cabiendo la posibilidad de que en el fondo, muy en el
fondo uno dicha condición sea condición perpetua.
Los días caen con rapidez
del calendario uno a uno, justo como mis esperanzas de que alguna vez algo
mejore, caen de mi mente por los lúgubres peldaños de mi existencia. En mi
exterior no puedo ver luz, no puedo mirar el color que la vida arroja, veo lejana
mi mirada de las cosas, ensimismada dándole vueltas a un pensamiento que se ha
tornado imposible, tan imposible como creer que un tren se detendrá súbitamente
en menos de un segundo si es que viaja a más de 100 kilómetros por hora.
Cada vez leo menos y escribo
peor, cada vez hablo menos, y escucho mucho más de lo que desearía, observo
personas andar por las oficinas y por las calles, y de pronto súbitamente me
gustaría ser otro yo, o al menos un yo, otro yo que no le diera tanta vueltas a
un pensamiento inútil que trata de cosechar buenos frutos sabiendo que siembra
en tierras yermas.
Hablar del futuro me aterra,
pensar el futuro me produce insomnio, sin embargo me es inevitable; me he
convertido lentamente en algo que un yo más joven despreciaría, y la tendencia
quizás dentro de unos años, como una curva de Gauss quizá sea la misma; el
progresivo desprecio de mí, hacia mí mismo, y el deseo continuo de ser otro.
Toda música me parece
lineal, toda música me parece ser la misma, y no es más que eso; nota tras nota
acumulada, entropía inútil como el hecho de haber nacido, justo como otro día
en el que entra y sale el sol, justo como otro día en el que pasan las horas y
la vida por efecto se agota. Todo es inerte, toda vida está plagada de muerte.
¿Qué vendrá después?
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