Entre una bruma
ha transcurrido el año, en medio precisamente de una inutilidad a lo cual al
menos hasta el momento han tendido todas mis acciones, todas justo ahí es a
dónde ha de ir a parar. Me he forjado de ti un pensamiento que no puedo sacar
de mi cabeza, una idea enfermiza, una obsesión que viene tomado mis meses como
prenda desde Enero, soy como Aquiles tratando de cambiar la trágica historia,
soy como Aquiles pretendiendo alcanzar a la tortuga, (todos sabemos cómo
termina). Soy simplemente un hombre en la espera de lo que no llegará. Aun así
me esfuerzo en seguir pensando que en algún lugar he de encontrarte, quizás en
el momento menos preciso o en la situación menos favorable, pero simplemente un
día independientemente de las circunstancias me gusta pensar que te encontraré,
que nuestras anónimas miradas quizás se crucen y quizás digan más que incluso
las palabras, que cada movimiento que observe el uno del otro servirá como
evidencia en nuestro juicio. He pasado hoy de nuevo por tu casa como cada día
resguardando la inútil esperanza de verte, de saber de ti. No sé el destino por
el momento no ha atendido a esa momentánea y a la vez perpetua súplica
(¿paradójico no?). Por el momento sólo me queda recordar aquella mirada,
aquellos ojos cuya perfección quedó grabada de mala manera mi cabeza. Siento
por el momento que mis palabras se agotan y que no soy claro, no tengo
claridad, no he tenido claridad desde ya hace mucho no puedo pensar más que en
lo mismo. ¿Para qué seguir en ésta absurda empresa si a cada paso que dé me
sacarás por inercia tres?...