sábado, 25 de junio de 2022

 

La vida cada vez estará más culera

Provengo de una familia clase media baja, desde temprana hora no se hicieron esperar los problemas que acarrea la vida.

Mi padre trabajó en un almacén de tiempo completo, más de 18 años en una misma empresa, siempre procurando darnos la mejor vida posible, mi madre, dedicada en todo momento 100% al hogar.

Hasta 1997 había sido el menor de los hermanos, entonces nació ella, mi hermana. Dicho acontecimiento no me afectó en lo absoluto, caso contrario a lo que creían las tías intrigosas, pero mi carácter fue siempre más débil, uraño sumiso.

Crecí bajo los argumentos del cristianismo como dogma; hay que doblegarse y poner la otra mejilla para alcanzar la divinidad, y eso prácticamente lo hice por alrededor de 15 años. No me trajo esa mierda más que culpa y deseo de no desear nada, ni sentir felicidad.

El Bullying

Me apena el solo,  enunciarlo, porque en mis tiempos no existía, peleabas, y ya, eso era, no éramos más ni menos salvajes de lo que ahora somos. Pero un  par de recuerdos preciso acerca del tópico tengo, aquel en el que mi víctima resultó más hábil de lo que esperaba y me rompió la geta, y aquella otra en la cuál fui victima y le tiré una bici encima a aquél cabrón.

Depresión

La inacción y la falta de sentido la atrajo, hoy no creo en nada, en ese tiempo tampoco, pero hoy comprendo que la vida y sus cosas son así; culeras. No importa la religión, ni nacionalidad, hay que tener cojones para enfrentarlas, o desde un inicio no hacerlo, la muerte espera al final del camino.

 

El Punto

El punto es que no hay que doblegarse, la vida es adversa y lo será, hay que erguirse y aceptar el ultimátum frente a  frente con dignidad, al igual que aceptamos el paso del tiempo frente al televisor o los placeres.