sábado, 17 de febrero de 2024

Un tiro certero

 

Al borde de la locura, ese era mi estado de ánimo señor juez, pues no encontraba un par que se decidiera ir a trabajar. Los unos rotos, los otros de seda y para acabarla divorciados, deseosos de acudir no a una labor rudimentaria, sino a una reunión de la que ustedes consideran “alto prestigio”.

No soy flojo, que quede claro ante nuestro señor jesuscristo, y ante usted señor juez, a pesar de las desavenencias decidí irme a trabajar así a “rais”, “sin gorro”, sin calcetines señor, así mero me fui a la obra y aguanté, juro por dios que aguanté lo que pude, hasta que mis pies comenzaron a sangrar a raíz de las rozaduras producidas por la fricción de la piel con el duro calzado de trabajo.

Entonces allí le miré, con paso ágil y presuroso, sorteando sobre aquellos mocasines lo accidentado del suelo, nuestro suelo, encontré a uno de los suyos, un funcionario acá peopleisnice, o pipirisnais como usted seguramente lo entenderá mejor…

Resumo para no aletargarlos.

Días antes cortaba con mi machete troncos del grosor de alrededor de 10 pulgadas en menos de 5 segundos. En ese instante era un tiro certero para mí, tendría nuevos calcetines al cortar así sin más las extremidades de aquel funcionario.

Y ahora estoy acá, a merced de usted, del jurado, pero feliz de tener finalmente mis pies cobijados.

El clima es frío…

No hay comentarios:

Publicar un comentario