Uno no puede culpar a otro por haber
nacido bajo tales o cuales circunstancias, he allí donde radica la diferencia y
la tolerancia, pero cabe señalar que nadie en ésta vida, sólo Jesús puede ser
tan tolerante como para soportar el hecho de una bofetada justo cuando está por
caerle la próxima, pero aún a pesar de ello, teniendo poderes de súper héroe se
queda corto comparado con aquél hombre que llevaba por una cuesta una y otra
vez la piedra, tratando quizás de descubrir alguna ley física que para su
tiempo era inexistente, o simple y llanamente el diámetro de la circunferencia
del círculo.
¿No podríamos acaso ser todos en el
mundo actualmente ese hombre?
El punto es que allí donde se
encuentra la diferencia, se encuentran las grandes cosas, donde está la
diferencia está la vida al vértice de la nada, ejemplo de ello; la noche estrellada, la apuesta por la tierra
concéntrica, el pretender rescatar a la humanidad del pecado original, o mejor
aún, salvar a una pequeña nación de las garras del capital.
Pero…
Pero no podríamos acaso ser también la
otra cara de la moneda, ¿no podríamos ser personas que creemos pensar distinto
cuando el pensamiento de lo “distinto” es lo que dicta la actual sociedad?
Esto lo pensé mientras me veía
perturbado por un vago, me encontraba fumando un cigarrillo, leyendo el primer
tomo del capital, ese momento justo cuando mi individualidad se veía afectada, mi
tolerancia a la par se vio reducida, pensé en qué bueno era el hecho de que
existiera la policía…
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