sábado, 24 de marzo de 2018

Apología del desdén a la tolerancia


Uno no puede culpar a otro por haber nacido bajo tales o cuales circunstancias, he allí donde radica la diferencia y la tolerancia, pero cabe señalar que nadie en ésta vida, sólo Jesús puede ser tan tolerante como para soportar el hecho de una bofetada justo cuando está por caerle la próxima, pero aún a pesar de ello, teniendo poderes de súper héroe se queda corto comparado con aquél hombre que llevaba por una cuesta una y otra vez la piedra, tratando quizás de descubrir alguna ley física que para su tiempo era inexistente, o simple y llanamente el diámetro de la circunferencia del círculo.

¿No podríamos acaso ser todos en el mundo actualmente ese hombre?

El punto es que allí donde se encuentra la diferencia, se encuentran las grandes cosas, donde está la diferencia está la vida al vértice de la nada, ejemplo de ello; la noche estrellada, la apuesta por la tierra concéntrica, el pretender rescatar a la humanidad del pecado original, o mejor aún, salvar a una pequeña nación de las garras del capital.

Pero…

Pero no podríamos acaso ser también la otra cara de la moneda, ¿no podríamos ser personas que creemos pensar distinto cuando el pensamiento de lo “distinto” es lo que dicta la actual sociedad?

Esto lo pensé mientras me veía perturbado por un vago, me encontraba fumando un cigarrillo, leyendo el primer tomo del capital, ese momento justo cuando mi individualidad se veía afectada, mi tolerancia a la par se vio reducida, pensé en qué bueno era el hecho de que existiera la policía…

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